Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo un
rayo de tu luz.
Ven, Padre de los pobres,
ven, dador de los dones,
ven, luz de los corazones.
ven, dador de los dones,
ven, luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
suave alivio.
dulce huésped del alma,
suave alivio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el ardiente estío,
consuelo en el llanto.
brisa en el ardiente estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh, luz santísima,
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles!
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles!
Sin tu ayuda
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está sucio,
riega lo que está seco,
sana lo que está enfermo.
riega lo que está seco,
sana lo que está enfermo.
Doblega lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está desviado.
calienta lo que está frío,
endereza lo que está desviado.
Concede a tus fieles
que en Ti confían,
Tus sagrados dones.
que en Ti confían,
Tus sagrados dones.
Dales el premio de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.
Amén. Aleluya, Aleluya.
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.
Amén. Aleluya, Aleluya.
V. Envía Tu Espíritu Señor
y será una nueva creación.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
y será una nueva creación.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos
Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo, concédenos por este mismo Espíritu, gozar siempre de su consuelo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén
REINA DE LOS
PROFETAS
El día que la
Virgen escogió para aparecer en Medjugorje por primera vez, fue el día de la
Solemnidad del Nacimiento de San Juan Bautista, el más grande de los profetas.
Tal día conmemoramos el alumbramiento de santa Isabel, pariente cercana de la
Madre de Dios. Y María, como la tradición indica, asistió a la venida al mundo
del Precursor (Cf. Lc 1,56). Entonces, la Solemnidad del nacimiento de Juan el
Bautista tiene, además, una clara dimensión mariana. María es la Reina de los
Profetas y Ella nos invita ahora a construir la paz en el día del nacimiento
del más grande de los profetas; a quien Ella asistió en su nacimiento.
La paz que la
Virgen espera que construyamos, no tiene nada que ver con negociaciones
políticas sino con la conversión, la oración y el ayuno. La Reina de los
Profetas, como Precursora, hoy nos muestra el camino seguro para la
reconciliación, la armonía y la paz entre los hombres.
La Virgen recuerda,
que ha venido, "a invitarnos a alguna renuncia para que, con nuestra ayuda
se cumpla todo lo que quiere realizar según los secretos que comenzó en
Fátima." (Cf. 25-8-9 1). Por tanto, las apariciones actuales de
Medjugorje: son la continuidad y la conclusión de las de Fátima. Afirma,
además, que "son las últimas apariciones suyas para la humanidad".
Quizá por ello, son tan largas y continuas.
Como en Fátima, el
mensaje de María en Medjugorje, construye la paz del mundo. La Virgen ha
prometido: "que cuando se realicen los 10 secretos que les ha confiado a
los videntes, la vida del mundo cambiará y la humanidad volverá a Dios".
"Muchos - sostiene- se tirarán hasta de los cabellos y maldecirán los días
que vivieron sin Dios". Sin embargo, cabe destacar, que, su presencia
prolongada intenta anticipar en cierta manera, el Triunfo final de su Corazón
Inmaculado. Por tal razón, continúa invitándonos a la conversión, a fin de
conquistar para Dios cuántos más corazones sea posible.
El mensaje, más
relevante, por tanto, no es otro que: la presencia prolongada de Nuestra
Señora. Si acogemos de corazón su invitación, podremos esperar para el futuro
"un jardín". De lo contrario, como advertiría Juan Pablo II, en el
acto de Consagración a María del Nuevo Milenio, en el año del Gran Jubileo:
"la humanidad podrá perecer en un cúmulo de escombros." Por eso, a
María, aurora de la Salvación, confiemos nuestro camino en el nuevo milenio,
para que bajo su guía todos los hombres descubran a Cristo, Luz del mundo y
único Salvador, que reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de
los siglos".
Ella nos dice:
"¡Queridos hijos!: Hoy os invito a que os hagáis misioneros de los
mensajes que os doy aquí, a través de este lugar tan querido por mí. Dios me ha
permitido permanecer de esta manera durante tanto tiempo con vosotros. Y por
eso hijos míos, os invito a vivir con amor los mensajes que os doy y a
transmitirlos en todo el mundo; para que así un río de amor fluya entre la
gente llena de odio y sin paz. Os invito, hijos míos, a que sean paz donde no
hay paz, y luz donde hay tinieblas; de manera que cada corazón acepte la luz y
el camino de la salvación. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!"
25-2-95.
PRECES
Oremos, hermanos,
al que hizo obras grandes en María, y pidámosle que haga también proezas con su
brazo realizando nuestras peticiones:
. Para que el
Señor que quiso que la perfección de la Iglesia se prefigurara y culminara en
la Madre de su Hijo, conceda a todos los fieles ser reflejo de la santidad que
brilla en María. Roguemos al Señor.
. Para que el
Todopoderoso, que en su reino ha colmado a María de felicidad, ponga sus ojos
en la familia humana y le conceda la esperanza de aquella vida eternamente
feliz por la que, aun sin saberlo, suspiran todos los hombres. Roguemos al
Señor.
. Para que el
Padre del cielo, que dispuso que en la realeza de María se anunciara en la
Iglesia un signo seguro de la felicidad de los bienaventurados, se compadezca
de quienes lloran y miran este mundo únicamente como un valle de lágrimas.
Roguemos al Señor.
. Para que el Rey
de la gloria, que hizo de María la Virgen fidelísima, otorgue a los que hoy
recordamos a la Madre de su Hijo ser plenamente fieles a la vocación a la que
hemos sido llamados. Roguemos al Señor.
Oración
Por la gloria de
tu nombre y por la intercesión de Santa María Reina de todos los Santos,
compadécete, Señor, de nosotros y concédenos lo que te hemos pedido. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Al final)
El Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Lc 1:46-55.
(Gloria al Padre)
Consagración al Corazón Inmaculado de María
Oh, Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad, muéstranos tu amor. Que la llama de tu Corazón, María, descienda sobre todos los hombres. Nosotros te amamos inmensamente. Imprime en nuestro corazón el verdadero amor, así tendremos un deseo continuo por Ti. Oh María, dulce y humilde de Corazón, acuérdate de nosotros cuando caemos en pecado, Tú sabes que todos los hombres pecan. Concédenos por medio de tu Corazón Inmaculado, ser curados de toda enfermedad espiritual. Haz que siempre podamos contemplar la bondad de tu Corazón maternal y por medio de la llama de tu Corazón haz que nos convirtamos. Amén.
Instrumento de Paz
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz: Donde haya odio, lleve yo tu amor, donde haya ofensa, lleve yo el perdón; donde haya discordia, lleve yo la unión; donde haya error, lleve yo la verdad; donde haya duda, lleve yo la fe; donde haya desesperación, lleve yo la esperanza; donde haya tinieblas, lleve yo la luz; donde haya tristeza, lleve yo la alegría. Oh Maestro, haz que yo no busque: Ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, sino amar. Porque, dando, se recibe, perdonando, se es perdonado; muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén.
Oración por un enfermo
Oh Dios mío, este enfermo que está aquí delante de Ti, ha venido a pedirte lo que él desea y piensa que es lo más importante para él. Tu, oh Dios, haz que entren en su corazón estas palabras: "¡Es más importante ser sanados del alma!". Señor, hágase sobre él tu santa voluntad en todo! Si Tú quieres que se sane, dale la salud. Pero si tu voluntad es diversa, que continúe llevando su cruz. Te rogamos también por nosotros que oramos por él; purifica nuestros corazones para que seamos dignos de donar, a través de nosotros mismos, tu santa misericordia. Protégelo y alivia sus penas, hágase en él tu santa voluntad. Que tu santo nombre sea revelado a través de él; ayúdalo a llevar con amor su cruz. Amén.
(Gloria al Padre, 3 veces)
Invocaciones a María Reina de la Paz
(Para todos los días)
María Santísima, que al recibir el anuncio del Ángel Gabriel concebiste en tu seno virginal a Jesucristo "Rey de la Paz", concédenos bajo tu protección y auxilio, ser en el mundo auténticos instrumentos de paz:
. Para que la paz reine en el corazón de todos los hombres, especialmente, en quienes procuran la violencia, R/. María Reina de la Paz, Ruega por nosotros.
. Para que la paz reine en todos aquellos que no han experimentado en sus vidas el amor de Dios,
. Para que la paz reine en todas las familias,
. Para que la paz reine siempre en la Iglesia de Cristo y se empeñe en difundirla,
. Para que la paz reine en las parroquias y comunidades cristianas,
. Para que la paz reine en nuestros centros educativos y lugares de trabajo,
. Para que la paz reine siempre en nuestro país,
. Para que la paz reine en todo el universo.
Oración
Concédenos, Señor, a tu hijos el don de tu gracia, para que cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la poderosa intercesión de la Virgen María, consigamos aumentar tu paz en nuestros corazones, nuestras familias y en el mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Fuente: www.centromedjugorje.org
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