lunes, 27 de febrero de 2023

Virtud de GIGANTES

En el jardín de las virtudes, existe una virtud cuya belleza es singular, sin esta virtud, el jardín carecería de sentido, y es que, tan grande florece y embellece el alma de quien la posee, que ninguna de las grandes almas a podido crecer en amor a Dios sin ella. Si aún no has podido darte cuenta de que virtud hablamos, observa las nubes en el cielo, las aves, las mariposas, siente el viento, las olas del mar, la lluvia, no necesitan nada para adornar esa belleza natural que poseen, comprenden muy bien cual es su misión en la vida y la realizan sin esfuerzo ni vanidad alguna. Esa virtud tan anhelada es la virtud de: La humildad, esta virtud nos alcanza la cercanía a la perfección absoluta que es Dios. Cuantos de ustedes puede hacer que el cielo sea mas bello de lo que es, ni con todos los tesoros del mundo podrías conseguir igualar la belleza natural del celo, lo mismo pasa con la belleza de un alma humilde. Pero, ¿Cuál es la grandeza que encierra esta preciosa virtud? El ser humano por naturaleza es un ser creado con cualidades intelectuales que desarrolla en su corto paso por el mundo para garantizarse una mejor estancia. Pero esta virtud supera el entendimiento de la mente inteligente, porque no procura un bien temporal, no se afana en los bienes pasajeros, sino que trabaja, crece y Madura procurando los bienes eternos, los bienes que no se consiguen sino con la renuncia de uno mismo. Mientras que la inteligencia busca ganar para si misma todos los bienes materiales, la virtud de la humildad renuncia a obtener un bien temporal por cultivar aquellos bienes que le ganan la verdadera felicidad, la plenitud, la vida eterna. Fuimos creados para la grandeza, para algo que no tiene fin, para aquello que no se puede conseguir con un bien material, fuimos creados para la eternidad y el alma no encontrara su plenitude sin llegar a ella. En esto radica la grandeza de una virtud tan dócil, tan noble, tan elevada como lo es la Humildad, el alma necesita de grandeza interior para poder apreciarla, necesita elevarse por encima del mundo para poder valorarla. Decia Chesterton: La humildad es la madre de los gigantes. Uno ve grandes cosas desde el valle, pero solo cosas pequenas desde la cumbre. No es entonces extraño que esta virtud de gigantes se pueda llegar a conquistar sólo de la mano de Dios, solo los puros de Corazón pueden observer los verdaderos tesoros de la vida. Tu decides si elevas tu alma para contemplar desde la cumbre las maravillas que Dios tiene para ti o si te quedas en el valle observando como grandeza lo que solo es pequeñez. Te comparto estas frases que te ayudarán a reflexionar sobre esta virtud de GIGANTES La grandeza de Maria reside en su humildad, Jesús, quien vivió en estrechísimo contacto con ella, parecía querer que nosotros aprendieramos de él y de ella una lección solamente; ser mansos y humildes de Corazón. Santa Teresa de Calcuta. Vale más tener la humildad de emprender grandes cosas con peligro de fracasar, que el orgullo de querer tener éxito achicándose. San Alberto Hurtado. En la medida en que los dones crecen en ti, haz que crezca también tu humildad, de tal manera que puedas considerarlo todo como si fuera un préstamo. San Pio de Pietrelcina. La humildad no es nada más que la verdad y el orgullo no es nada más que la mentira. San Vicente de Paul. La humildad consiste no solo en decir y pensar que estais llenas de defectos, sino en gozaros de que lo piensen y digan los demás. Santa Teresita del niño Jesús . Cuanto más humilde, mayor será el bien que haces. Santo cura de Ars. Si eres humilde nada te tocará, ni elogios ni vergüenza, porque sabes lo que eres, y si te llaman santo no te subas a un pedestal. Madre Teresa de calcuta. La soberbia hace su voluntad, la humildad hace la voluntad de Dios. San Agustin. La fuerza del hombre es la oración y también la oración del hombre humilde es la debilidad de Dios. Papa Francisco. La señal de Dios es que él se hace pequeño para nosotros, este es su modo de reinar. Benedicto XVI Autor: Myriam Orozco Zarate.

lunes, 30 de enero de 2023

Palabras amables

 


Quien busca en el diccionario la palabra «benedicencia» advierte que no está registrada. Y al colocarla en un programa informático (por ejemplo «word») aparece subrayada como error. ¿Y qué con su antónimo? La maledicencia –el hablar mal del otro– no tiene problemas: no sólo está recogida en el diccionario sino lo que es aún peor: parece ser parte integrante de la vida del ser humano. Las redes sociales también se han convertido en espacios «aliados» de esta anti-virtud.


Me alarma pensar que la mayor parte del tiempo, las conversaciones de las personas tratan de hablar mal del otro, incluso del más cercano, y no se percibe el mal que esto les hace a ellos mismos, cuando alguien habla mal de otra persona, en realidad se está presentando a sí mismo, cuando está a tu alrededor alguien así, tu ya no le tienes confianza a esa persona, y te alejas de ella para evitar problemas, pero alguien que no tenga este razonamiento puede llegar a confundirse y creerle incluso de manera consciente que esto es correcto.

Los invito a saber diferenciar entre la “Sinceridad” y la “Imprudencia”, hay una línea muy sutil entre ellas, virtud es belleza, si queremos ser realmente virtuosos no debemos olvidar que para que la virtud de la “Sinceridad” sea virtud como tal y no imperfección siempre debe estar acompañada de dos virtudes mayores: La caridad y la prudencia, esto es lo que diferencia cada una. “Si mis pequeños actos de virtud los toman por imperfecciones, lo mismo pueden engañarse tomando por virtud lo que sólo es imperfección” (Santa Teresita del niño Jesús).
Somos capaces de elegir siempre por el bien y el mal, inviertes el mismo tiempo en hablar de una virtud que alguien más posee que en desacreditar al otro con tus palabras, y hablando bien de los demás te vas a convertir en una persona más feliz, en un alma  más transparente y te vas a ganar el afecto y respeto de las personas que te rodean.


Recuerda que todos tenemos virtudes y que si eres capaz de ver la virtud en alguien más es porque has tomado en serio las virtudes que tú mismo tienes, sólo una persona capaz de ver más allá de sí mismo es capaz de llegar a conquistar cualquier virtud, y siempre lo he dicho, que la personas más bellas son las personas que trabajan en conquistarse a si mismas a través de la formación de las virtudes en su alma.
Las mentes grandes, hablan de ideas
Las mentes medianas, hablan de hechos.
Las mentes pequeñas hablan de sucesos.
Las mentes pobres, hablan de los demás.

Recuerda que cada quién da lo que posee, y recibes lo que das, porque de la abundancia del corazón, habla la boca, así que no debemos preocuparnos por lo que vamos a recibir, preocúpate por lo que vas a dar, reguemos flores por todos los lados por los que pasemos pues quien sabe si tengamos algún día que transitar el mismo camino.


Autor: Myriam Orozco Zarate.

martes, 1 de mayo de 2018

Hablando de Amor




Cuando hablamos de amor, todos nos imaginamos lo más bello de la vida, esto es inevitable porque el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios y Dios es amor, por lo tanto el hombre fue hecho con y por amor y para amar, su fin último y el primero es siempre amar, pero en estos tiempos vemos que esa palabra está un poco devaluada, se ha perdido el sentido del amor, no conocemos lo que significa el amor verdadero y se puede malbaratar el término, porque no conocemos y no estamos cerca de la fuente del amor verdadero.

Es necesario que podamos reconocer el amor en su totalidad para no perdernos en cosas sin sentido, y es más sencillo de lo que parece, en primer lugar el amor no es algo externo, o algo que venga de fuera o algo que te tengas que ganar, NO, el amor es algo que está dentro de ti, está en ti, es gratuidad de Dios y no te lo puede quitar nadie, tú eres el único que decide descubrir ese amor infinito que alberga en tu alma.
Hay tres maneras de amar que tienen un orden y que es preciso seguirlo para tener la certeza de un real y verdadero amor:

El primer amor, es el amor a la fuente de amor que es: Dios, esto es así; porque es el centro de tu vida, porque eres el reflejo de su creación, porque si no podemos entender y sentir ese amor infinito entonces no hay nada que sostenga esa confianza y ese lazo indisoluble del Padre creador que te ha dotado de todos los sentidos y los sentimientos que como ser humano creado a la perfección puedes dar.


El segundo amor es el amor a ti mismo: Cuando tú te sabes inmensamente valiosa y amada por ese Dios, y reconoces en el tu dignidad la cuál es inquebrantable pese a los comportamientos ajenos e incluso los tuyos mismos, tú te vas a amar y te vas a respetar como lo que eres, un ser digno de recibir y dar amor y un ser digno de ser respetado. En la medida en que tú te ames es que vas a poder amar a los demás, es imposible decir que quieres y sabes amar a alguien cuando tú no estás cultivando ese amor a tu persona, pues nadie puede dar lo que no posee, cuando tú no te amas, y no reconoces tu valor, no puedes hacerlo con nadie más, corres el peligro de volverte en un ser egoísta, dominante e incluso destructivo; todo eso se debe a que tratas de tomar de los demás lo que en ti no existe.

El tercer amor es el amor a los demás: Retomando los puntos anteriores, cuando tu reconoces ese amor y dignidad que son innegables porque no vienen de ti, cuando tú te amas y aceptas como eres con tus dones y limitaciones es entonces cuando estás realmente preparado(a) para poder amar a los demás, una vez llena el alma, es imposible  no desbordar todo aquello de lo que te sobra.



No tengas miedo a descubrir ese amor, el amor primero que viene de Dios y que te permite amarte y amar a los demás de una manera correcta y sana, de una manera que puedas recibir frutos, pues el amor verdadero siempre da frutos en abundancia, suelta todos los miedos y deja las dudas y atrévete a amar de verdad, si quieres un verdadero amor acércate a la fuente viva de amor y llénate de ella, sáciate de ella, para que puedas empapar a los demás con ese arroyo de gracias que se pueden desbordar sólo de un alma llena de amor de verdad.

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
 No se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. (Corintios 13)
El amor es paciente, es servicial…….El amor todo lo transforma, el amor no pasa jamás.
Y este amor perfecto lo puedes lograr y tener si tú así lo deseas, no es sufrir por sufrir, es encontrar un sentido en el camino del amor.


Autor: Myriam Orozco.

domingo, 29 de abril de 2018

La Voluntad de Dios.












Toda persona sensata y sabia, sabe obrar en todo con una finalidad. Dios es bastante listo e inteligente -por no decir infinitamente sabio-. Por eso, cuando Él hace algo, no obra "porque sí", caprichosamente. Todo lo efectúa siempre por algo y para algo muy concreto.


Nuestra respuesta al amor de Dios, tiene su más privilegiada expresión en dar cumplimiento a su voluntad concreta sobre nosotros. En consecuencia, podemos matizar nuestro secreto añadiendo que:

Seremos felices
sólo cuando comencemos
a realizar por amor
lo que Dios quiere
de nosotros en la vida.


Nada es tan importante como hacer lo que Dios quiere para nosotros.

Sí, la felicidad verdadera tiene un secreto. Y este secreto está precisamente en buscar y cumplir la voluntad de Dios para nuestra vida. Esa es mi experiencia".


"Estoy convencida de que la felicidad que todos buscamos no está en ser sacerdote, en ser futbolista, en estar casado, etc., sino en encontrar la voluntad de Dios, aceptarla y vivirla como Él nos lo pide. Sé que muchas veces cuesta cumplir esta voluntad de Dios, pero cuando uno la cumple, llega a la felicidad".


Estimo que basta con lo dicho. Para empezar a gozar de la verdadera felicidad, es necesario descubrir y realizar lo que Dios quiere de nosotros.


¿Cómo descubrirlo?


No quisiera, por ningún motivo, augurarte un epitafio como este: "Vivió 80 años sin hacer nada que valiese la pena".

Por todo esto me apresuro ahora a contestar el interrogante que nos ocupa y preocupa. Lo haré con brevedad. Te doy dos pistas nada más.


Para saber acerca de lo que Dios quiere de ti, no esperes la aparición de un ángel del cielo proclamándote solemnemente, en nombre del Creador, que has sido pensado por Él para ser ingeniero, o futbolista, o sacerdote, o torero, o lo que sea. Dios ya no suele usar esos medios extraordinarios para comunicar a los hombres su voluntad.

Sí, sigue siendo Él el que te susurrará al oído su plan para ti. Pero lo hará a su manera. Hablándote veladamente a través de mil acontecimientos y casualidades". Tales como el colocarte en determinada familia, el rodearte de tal ambiente, el permitir que atravieses por tales circunstancias, el que tengas tales amistades, etc.

Entonces, en primer lugar, intenta descubrir esa voz de Dios en todo lo que te ocurra. Esto lo lograrás por ti mismo si tratas mucho con Dios, si te acostumbras a llevarlo siempre contigo y a verlo en todo.


Segunda cosa. Para discernir si Dios quiere de ti esto o lo otro, tienes que ver si cuentas o no con las cualidades que te capacitan para realizarlo.


Dios nos crea para recorrer un camino preciso en los años que nos concede de vida.


Podrá ser que, a primera vista, no encuentres en ti todas las cualidades requeridas. Tranquilo. Trata entonces de descubrir por ti mismo o ayudado por otra persona -como ya vimos antes- si con tu trabajo y esfuerzo puedes llegar a adquirirlas. Y luego, adelante. Decídete.

Ahí tienes las dos pistas. Lo demás está en tus manos. En decidir realizar o no lo que has descubierto como voluntad o querer de Dios para ti.


Sólo añado que me gustaría poder afirmar de ti esta bienaventuranza: benditos los que tienen claro a dónde van, para qué viven y qué es lo que Dios quiere de ellos en esta vida, aunque sea algo pequeño o doloroso. De ellos es el reino de la satisfacción y la dicha.


Autor: Myriam Orozco.

lunes, 5 de junio de 2017

El Poder de la Santa Misa














A la hora de la muerte, tu mayor consolación, te la darán las misas que durante tu vida escuchaste.


Cada Misa que escuchaste te acompañará al tribunal Divino y abogará por ti para que alcances el perdón.


Con cada Misa puedes disminuir el castigo temporal que debas pagar por tus pecados, en proporción al FERVOR con que la escuches.


Con la asistencia devota a la Santa Misa, rindes el mayor homenaje a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor. La Santa Misa, bien escuchada, suple tus mayores negligencias y omisiones.


Por una Santa Misa bien escuchada se te perdonan todos los pecados veniales que estás resuelto a evitar, y muchos otros de los que ni siquiera te acuerdas. Por ella pierde también el demonio sobre ti.


Además, con cada misa, ofreces el mayor consuelo a las almas benditas del  Purgatorio.


Una Misa escuchada en vida te aprovechará mucho más que muchas de las que ofrezcan por ti, después de tu muerte.


Con cada misa te libras de muchos peligros y desgracias, en los cuales quizás caerías si no fuera por la Santa Misa.



Acuérdate también de que, con  cada una de ellas, acortas tu purgatorio.


Con cada Misa aumentas tus grados de gloria en el Cielo. Porque en ella recibes la bendición del Sacerdote, que Dios ratifica en el Cielo.


Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de ángeles que asisten, invisiblemente, al Santo Sacrificio con suma reverencia.


Con cada Misa consigues bendiciones en tus negocios y asuntos temporales.


Cuando asistimos a la Misa en honor a un Santo en Particular, dando gracias a Dios por los favores recibidos, por la intercesión  de este Santo, nos ganamos su protección y amor especial.


Cada vez que asistimos a una Misa estaría bien que, además de las otras intenciones, tuviéramos la intención de honrar al Santo del día.


IMPRIMATUR:


JUAN J.CLENNON


Arzobispo de St. Louis  

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Si amas a Dios.







 

Oirás decir frecuentemente a muchos que no encuentran a Dios.

Pregúntales si le buscan y hasta dónde llega su anhelo de hallarle.

Si le buscan con mucho ahínco, tranquilízalos, porque ya le han encontrado…

El que busca, en efecto, a Dios con ahínco, es porque le ama, y el que le ama, ya le posee.

Alma, sigue hasta el final… en pos del bien de los bienes, y consuélate en tu mal, pensando como Pascal: Le buscas, es que le tienes…..

Amar a Dios y poseerlo es todo uno.

Si amas a Dios, en ninguna parte has de sentirte extranjero, porque el estará en todas las regiones, en lo más dulce de todos los paisajes, en el límite indeciso de todos los horizontes.

Si amas a Dios, en ninguna parte estarás triste, porque, a pesar de la diaria tragedia, ÉL llena de júbilo el universo.

Si amas a Dios, no tendrás miedo de nada ni de nadie; porque nada puedes perder y todas las fuerzas del cosmos serían impotentes para quitarte tu heredad.

Si amas a Dios, ya tienes alta ocupación para todos los instantes, porque no habrá acto que no ejecutes con su nombre, ni el más humilde ni el más elevado.

Si amas a Dios, ya no querrás investigar los enigmas; porque le llevas a Él, que es la clave y resolución de todos.

Si amas a Dios, ya no podrás establecer con angustia una diferencia entre la vida y la muerte; porque en Él estás y Él permanece incólume a través de todos los cambios.

Amar a Dios y poseerlo, es todo uno.

Autor: Amado Nervo.

 

miércoles, 10 de agosto de 2016

ORACION A LA SANGRE DE CRISTO EN UNA SITUACION DIFICIL

ORACION A LA SANGRE DE CRISTO EN UNA SITUACION DIFICIL












Adorada sangre de Cristo, a ti vengo con fe de mi alma a buscar tu sagrado consuelo en mi difícil situación, no me desampares mi buen Jesús,  y te suplico que las puertas que se han de abrir en mi camino, sea tu brazo poderoso el que me las abra para darme la tranquilidad que tanto ansío. (Se piden tres milagros) Esta súplica señor, te la hace mi corazón angustiado por los duros golpes del cruel destino que lo han vencido siempre en la lucha humana, y si tu poder divino no intercede en mi favor sucumbiré por falta de ayuda.


Haz mi adorada sangre de Cristo, que antes que termine este mes yo alcance los milagros que te pido, en agradecimiento, daré a conocer esta oración para que los que necesiten de ti aprendan a tener fe y confianza en tu misericordia.


Sangre de Cristo, ilumina mi caminar, así como el sol ilumina el amanecer y que cada día aumente más y más mi confianza y mi fe en ti,  brazo poderoso asísteme,  ampárame y condúceme a la gloria celestial.


Te agradezco señor los milagros que tu puedes concederme. Amén.