jueves, 29 de enero de 2015

El que no arriesga no ama.



Si has encontrado a alguien digno de tu confianza y aún temes abrirte al amor, sigue leyendo.



  • Cierto, es muy importante no regalar tu confianza –y por ende, tu vulnerabilidad– a cualquier persona, sino a aquella que en verdad la merezca y pueda ofrecerte lo mismo a cambio. Y aunque esto es esencial en cualquier relación sana, la realidad es que muchos nos quedamos estancados ahí: no confiamos en nadie, nos rehusamos a abrirnos y jamás le damos la oportunidad a alguien para demostrar que son dignos de nuestra confianza, pues simplemente asumimos que no lo son.


Hay una gran diferencia entre ser precavido y ser paranóico, por así decirlo. La persona precavida se toma su tiempo para conocer a la otra persona y luego decide compartir y abrir la puerta a una relación más íntima. Por el contrario, la persona paranóica jamás se abre ni conoce poco o nada de lo que implica tener una relación sana, en donde ambas personas comparten y se nutren mutuamente. Sin importar si eres precavido o paranóico, estos consejos te serán de ayuda para dar ese segundo paso y así disfrutar de tus relaciones en forma plena:


1. Comparte poco a poco

El primer paso siempre es el más difícil, sin embargo, es absolutamente necesario compartir. Si lo necesitas, tómate tu tiempo, pero atrévete a dar ese primer paso y comparte, aunque sea poco.



2. Imagina las consecuencias

Como decía arriba, es importante que compartas, aunque tengas miedo. Habiendo dicho esto, puede ayudarte imaginar las dos posibles consecuencias: que la persona reaccione de la forma en que esperas, o no. Es necesario que aceptes que la otra persona puede reaccionar de forma negativa y esto no indica que has cometido un error. Así que siéntete satisfecho de haber compartido, sin importar, las consecuencias.

3. Mantén contacto físico

Hay algo que siempre ayuda a compartir nuestros sentimientos en circunstancias difíciles: mantener aunque sea un leve contacto físico. Mientras estés compartiendo y abriendo tu corazón a la otra persona, tómale de la mano, siéntate cerca, abrázale.



4. Una desilusión no implica derrota

Es importante recordar que estar en una posición de vulnerabilidad siempre será mejor que nunca atreverte a expresar tus sentimientos, aun cuando las consecuencias no hayan sido las que esperabas. Lo digo de nuevo: una desilusión no implica que has sido derrotado.

Aunque es importante que tomes el tiempo necesario para conocer a alguien antes de compartir e involucrar más tus sentimientos, aún es más importante estar dispuesto a mostrarte cómo eres y arriesgar un poco. Piensa que una desilusión, aunque dolorosa, es una gran oportunidad de crecer como persona. Pero aún más hermoso es cuando la otra persona reacciona hacia ti con la misma entrega que ofreces, pues esa experiencia no tiene precio y hace que valga la pena correr todos los riesgos.

 Fuente: Familias.com

  • Autor: Denhi Chaney


lunes, 19 de enero de 2015

Trabajar es vivir y a mi me encanta vivir.


Trabajar dignifica al ser humano.
No sé si te ha pasado que cuando conoces a alguien que hace con amor su trabajo te causa una buena impresión, y no solo eso también te motiva a hacer lo mismo e incluso te ayuda a detenerte, para reflexionar si lo que haces en este momento tiene algún sentido o qué sentido le estas dando tú a tu trabajo y a tu vida. Saber cuál es el propósito de lo que haces.


 

Muchas veces me pregunte qué es ser exitoso, es natural que en este mundo que es una carrera busquemos ser competitivos y superiores y tener un lugar o reconocimiento de los demás, pero honestamente, no siempre se reconoce algo que es bueno, por eso creo que ser exitoso es algo realmente diferente, tener éxito es hacer con amor lo que te gusta.
Es maravilloso levantarte con una actitud positiva, feliz y motivado por saber que lo que haces es realmente lo que te gusta y eso lo puedes enseñar a los demás, edifica mucho más un buen ejemplo como estos, que tener una gran posición y no hacer de tu trabajo algo digno.


Siempre he admirado a la gente trabajadora, a aquella que no pierde sus valores y que a pesar de las adversidades no desiste y lucha cada día por salir adelante de una manera honesta, a aquellas personas que se dedican a dar lo mejor de sí en su trabajo, que siempre, en la medida de lo posible atienden de buena manera, esa para mí es la gente más exitosa, la que te deja algo, la que te brinda confianza, esa gente que te causa admiración y que te motiva a ser mejor cada día con su entrega.

 

Hace poco escuche una entrevista realizada al gerente de una empresa refresquera de EE.UU. en la que le preguntan que quien ha sido una motivación para él en su trayectoria, y contesto que había alguien que tenía su admiración, no era precisamente un ejecutivo ni alguien con un puesto importante, por el contrario, con gusto narra que había una señora que tenía años trabajando en la empresa y que se encargaba de las labores de limpieza, no hubo un día, en que faltara a sus labores y siempre lo hacía con gusto, la gente la admiraba y la obedecía, su carisma era tan grande y siempre tenía una palabra amable para todos, sus áreas permanecía impecables y el día que ella no estaba siempre se le echaba de menos, se volvió indispensable, ella, comenta el empresario, es la mejor trabajadora que he tenido, un ser humano maravilloso que se entregaba a lo que hacía y lo hacía de una manera digna.

Por eso considero que se necesita ser muy grande para en un mundo de tantas contradicciones mantenerse firme y luchando por salir adelante con un trabajo digno, sin duda ese es el verdadero valor.

Me encanta la gente que trabaja, y que obtiene lo que se propone a base de esfuerzo constante, de perseverancia, de lucha y de sacrificio. Existen muchas maneras de llegar a la meta, pero es más inteligente saber que lo que tengo lo he ganado por mí mismo.

El desarrollo es imposible sin hombres rectos, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al bien común. Se necesita tanto la preparación profesional como la coherencia moral. Benedicto XVI - Caritas in veritate.

Aprendí el valor del trabajo duro, trabajando duro. Margaret Mead.
El valor de una comunidad representa su trabajo acumulado. Carlos Marx.

Nada que se consiga sin pena y sin trabajo es verdaeramente valioso. Joseph Adisson.

Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar. William Shakespeare.

Trabajar es vivir y a mi me encanta vivir. Chrales Chaplin.

Reza como si todo dependiera de Dios, trabaja como si todo dependiera de ti. San Agustin.

"El mayor sueño de una persona es vivir feliz, sintiendo que se han hecho cosas valiosas."

Actuar con rectitud y con valores morales en tu trabajo, ser honesto, responsable, a pesar de que habrá gente en contra, ser perseverante, tener un propósito en la vida y amar lo que haces……eso es el verdadero éxito.

Autor: Myriam Orozco.