Rezar el Ave María no es lo mismo
que orar, que meditar y decir con fe esta plegaria que es la más bella
conversación que se puede tener con María, como todo lo que es ella, es una
oración sencilla, llena de humildad pero que encierra una grandeza indescriptible,
cuando rezamos el rosario todo se vuelve diferente, si meditamos cada palabra
del Ave María, y es que quizá no lo sepas pero un Ave María dicha con el
corazón puede cambiar tu vida.
María no quiere nuestras
palabras, ella quiere nuestro corazón, por eso hoy me nació compartirte lo que
a mí me ayuda a comprender la belleza de un Ave María en cada cuenta del
Rosario.
Cuando sientes cada palabra y se
la ofreces a ella como una rosa o un regalo muy especial, ella la recibe con
amor, la purifica, la hace bella y perfecta y la entrega a Dios, eso te va
ganando gracias incalculables en el cielo.
Así que lo primero que hago es
disponerme a vivir un momento muy especial, ese momento del día dedicado a darle
un detalle a mi madre del cielo, tener la certeza que ese momento va a pintar
mi día de alegría, que dará un color especial y que eso me llena de paz, para
mí es reconfortante, por eso me gusta imaginar que una vez que he iniciado y he
tomado las medidas necesarias para vivir ese momento, me imagino que en cada
ave maría, debo elegir una rosa, la mejor de todas, la más linda y con
sencillez y humildad, pero con mucho cariño, le he de entregar a María esa rosa
que elegí para ella, y así al terminar cada Rosario le he regalado un gran ramo
de rosas frescas y hermosas, eso me motiva y me gusta hacerlo. Creo que a todas las mujeres nos encantan las
rosas, y pues ella no será la excepción.
Imagino que conforme le voy
entregando rosa por rosa, ella la toma con mucha ternura, la acaricia y la hace
mil veces más bonita, después la entrega a Dios y el la recibe con agrado.
La verdad es que me da la certeza
que mis oraciones son recibidas porque ella las toma y las perfecciona, esa
relación que ella crea entre tú y Dios es indisoluble y creo que a Dios le
agrada que sea por medio de ella que se reciban muchas gracias.
Imagínate que eres tu quien está
presente y le vas a anunciar a María que ella ha sido la elegida para ser la
mamá del hijo de Dios, por tanto también madre de Dios.
DIOS TE SALVE MARIA LLENA ERES DE
GRACIA
Saber que Dios la eligió entre
todas las mujeres con especial predilección, que la amo con un amor
especialísimo y que deposito en ella todas las gracias que puede tener una
mujer, fue ella la llena de gracia, ALEGRATE MARIA, llena eres de gracia.
EL SEÑOR ESTA CONTIGO.
Hoy he venido a decirte que has
sido vista con el más grande amor. DIOS ha puesto su mirada en ti. A partir de
ahora y para siempre el señor está contigo, y tú estás en él. Dios le lleno
toda del espíritu santo, María está llena de Dios y Dios se complace en ella.
BENDITA TU ENTRE TODAS LAS
MUJERES.
Porque desde siempre te imagino y te lleno de
gracias tanto o más que las estrellas del cielo, porque reunió todo el
firmamento y toda la belleza del mundo y te puso nombre: MARIA, bendito tu
nombre sobre todo nombre.
BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE
Porque tú serás la única mujer
por toda la eternidad que lleve en su seno a el hijo amado, a el hijo de Dios
hecho hombre, entregado a la humanidad para redimirnos, porque con amor
infinito lo enseñaras a amarme y a amar a los demás, porque es bendito el hijo
de Dios en tu vientre lleno de Dios.
JESUS.
Porque tanto amo DIOS al mundo
que nos dio a su hijo único JESUS.
SANTA MARIA MADRE DE DIOS
Santo es tu nombre María, como
Santo es el nombre de tu amado hijo, el que Dios te entrego, porque solo en ti
confío para que cuidaras de él y por
medio de él, nos ganaras el derecho a la santidad por y con amor.
RUEGA POR NOSOTROS LOS PECADORES.
Porque el pecado se transforma en
tus manos, porque en tu vientre ya habita la esperanza, porque el amor venció
al mal, ruega por nosotros.
María es una madre que se
preocupa por nosotros, porque desde el momento que dio su sí, se entregó
confiadamente a Dios, aún sabiendo que para los hombres eso no era posible, ella
sabe que para Dios nada es imposible y su confianza nos gana el perdón de
nuestros pecados.
AHORA
Cuando escucho la palabra ahora,
entiendo que lo único que tengo es mi presente, y ese presente lo dejo confiado
en las manos de mi Madre, porque el amor es el presente, es la realidad, lo
único verdadero, y cuando pido su intercesión ahora, se que mañana también
estará, siempre rogando a Dios por mí.
EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE.
Cuando todo se vuelve miedo,
cuando necesitamos ese consuelo, tener la certeza que tendrás su abrazo,
llenándote de paz.
AMEN
Así es y así será, siempre que
recemos el rosario, siempre que meditemos un ave maría que salga de nuestros
labios lo que hay en nuestro corazón, ella, nuestra amada madre, estará con
nosotros, intercediendo con nosotros y por nosotros.
Así sea. Amen es una palabra
aramea, porque nadie que confíe en la Virgen María se sentirá defraudado. AMEN.
Autor: Myriam Orozco Zárate.