Oirás decir frecuentemente a
muchos que no encuentran a Dios.
Pregúntales si le buscan y
hasta dónde llega su anhelo de hallarle.
Si le buscan con mucho
ahínco, tranquilízalos, porque ya le han encontrado…
El que busca, en efecto, a
Dios con ahínco, es porque le ama, y el que le ama, ya le posee.
Alma, sigue hasta el final…
en pos del bien de los bienes, y consuélate en tu mal, pensando como Pascal: Le
buscas, es que le tienes…..
Amar a Dios y poseerlo es
todo uno.
Si amas a Dios, en ninguna
parte has de sentirte extranjero, porque el estará en todas las regiones, en lo
más dulce de todos los paisajes, en el límite indeciso de todos los horizontes.
Si amas a Dios, en ninguna
parte estarás triste, porque, a pesar de la diaria tragedia, ÉL llena de júbilo
el universo.
Si amas a Dios, no tendrás
miedo de nada ni de nadie; porque nada puedes perder y todas las fuerzas del
cosmos serían impotentes para quitarte tu heredad.
Si amas a Dios, ya tienes
alta ocupación para todos los instantes, porque no habrá acto que no ejecutes
con su nombre, ni el más humilde ni el más elevado.
Si amas a Dios, ya no
querrás investigar los enigmas; porque le llevas a Él, que es la clave y
resolución de todos.
Si amas a Dios, ya no podrás
establecer con angustia una diferencia entre la vida y la muerte; porque en Él
estás y Él permanece incólume a través de todos los cambios.
Amar a Dios y poseerlo, es
todo uno.
Autor: Amado Nervo.