lunes, 30 de enero de 2023

Palabras amables

 


Quien busca en el diccionario la palabra «benedicencia» advierte que no está registrada. Y al colocarla en un programa informático (por ejemplo «word») aparece subrayada como error. ¿Y qué con su antónimo? La maledicencia –el hablar mal del otro– no tiene problemas: no sólo está recogida en el diccionario sino lo que es aún peor: parece ser parte integrante de la vida del ser humano. Las redes sociales también se han convertido en espacios «aliados» de esta anti-virtud.


Me alarma pensar que la mayor parte del tiempo, las conversaciones de las personas tratan de hablar mal del otro, incluso del más cercano, y no se percibe el mal que esto les hace a ellos mismos, cuando alguien habla mal de otra persona, en realidad se está presentando a sí mismo, cuando está a tu alrededor alguien así, tu ya no le tienes confianza a esa persona, y te alejas de ella para evitar problemas, pero alguien que no tenga este razonamiento puede llegar a confundirse y creerle incluso de manera consciente que esto es correcto.

Los invito a saber diferenciar entre la “Sinceridad” y la “Imprudencia”, hay una línea muy sutil entre ellas, virtud es belleza, si queremos ser realmente virtuosos no debemos olvidar que para que la virtud de la “Sinceridad” sea virtud como tal y no imperfección siempre debe estar acompañada de dos virtudes mayores: La caridad y la prudencia, esto es lo que diferencia cada una. “Si mis pequeños actos de virtud los toman por imperfecciones, lo mismo pueden engañarse tomando por virtud lo que sólo es imperfección” (Santa Teresita del niño Jesús).
Somos capaces de elegir siempre por el bien y el mal, inviertes el mismo tiempo en hablar de una virtud que alguien más posee que en desacreditar al otro con tus palabras, y hablando bien de los demás te vas a convertir en una persona más feliz, en un alma  más transparente y te vas a ganar el afecto y respeto de las personas que te rodean.


Recuerda que todos tenemos virtudes y que si eres capaz de ver la virtud en alguien más es porque has tomado en serio las virtudes que tú mismo tienes, sólo una persona capaz de ver más allá de sí mismo es capaz de llegar a conquistar cualquier virtud, y siempre lo he dicho, que la personas más bellas son las personas que trabajan en conquistarse a si mismas a través de la formación de las virtudes en su alma.
Las mentes grandes, hablan de ideas
Las mentes medianas, hablan de hechos.
Las mentes pequeñas hablan de sucesos.
Las mentes pobres, hablan de los demás.

Recuerda que cada quién da lo que posee, y recibes lo que das, porque de la abundancia del corazón, habla la boca, así que no debemos preocuparnos por lo que vamos a recibir, preocúpate por lo que vas a dar, reguemos flores por todos los lados por los que pasemos pues quien sabe si tengamos algún día que transitar el mismo camino.


Autor: Myriam Orozco Zarate.