martes, 8 de abril de 2014

Nueva civilización del amor.


Siempre supe que todos queremos la paz y ahora estoy convencida que podemos encaminarnos a lograrla.








Quizá no parezca mucho lo que hacemos por los demás, o quizá puedes pensar que no tienes nada que ofrecer, pero lo único que se tiene que empezar a hacer es alimentar el alma, alimentarla con amor, con buenos deseos con entusiasmo, en realidad muchas personas están más necesitadas de algo que no se pueda comprar con el dinero, la miseria viene del alma, de las personas que no saben compartir, o que no las enseñaron el valor de compartir, no es bueno juzgar pues nunca sabemos en qué circunstancias se encuentran los demás, me refiero emocionalmente, cuando estás bien por dentro dar te resulta sencillo, pues es una manera de agradecer a Dios por todo lo que tienes.
 Muchos piensan que al dar algo de lo que se tiene automáticamente te estás quitando a ti mismo, pero es todo lo contrario.

Parte de las crisis que se viven en la actualidad es porque no vemos dentro de los demás, cuando se tiene un gesto como los que se muestran en el video, y se hace de corazón, no por obligación y con pureza de intención, quien lo recibe experimenta más que algo material, experimenta el gozo de saberse amado por el otro, de saber que aún existen personas que se preocupan por ellos y que los ven como lo que son, seres humanos con necesidades espirituales y materiales, que en muchas ocasiones no tienen la culpa de vivir sin lujos y de no poder satisfacer sus necesidades básicas.

La Madre Teresa de Calcuta, comenta en diversos libros y documentales, que cuando servía a los demás veía a Cristo en ellos y el amor de Cristo reflejado también en sus criaturas a las cuáles el amaba, en sí no es que Dios no los bendiga como a nosotros, Dios nos hizo proveedores de los bienes del cielo, el problema entonces no es que no haya lo suficiente, el problema es que el hombre (no todos) no ha sabido distribuir de manera equitativa y justa lo que Dios nos ha dado, con esto podemos reflexionar que si bien es cierto que muchos trabajamos por tener el sustento, también es cierto que hemos sido privilegiados por Dios y debemos empezar a compartir, pues no debemos olvidar que todo es gracia y bendición y todo viene por medio de Dios. 


No seamos indiferentes construyamos juntos una nueva civilización de amor.

Autor: Myriam Orozco.

domingo, 6 de abril de 2014

Servir a Dios no es una obligación, es un privilegio.


Santa Teresita de Lesieux es sin duda de mis santos favoritos y no había entendido porque, entre tantas cosas ahora lo entiendo, aparte que me encantan las rosas y su manera de ganarlas para Dios, ella es también patrona de los misioneros y yo soy Misionera de corazón, no es de extrañarse entonces la afinidad que sentía con ella.





Hace un par de días justo organizando detalles para nuestras próximas misiones de semana santa, una amiga y yo comentabas a manera de broma “en qué momento se nos ocurrió decir que si a Dios con esta misión” pues es realmente abrumador todo el trabajo que se lleva a cabo, y pensábamos como íbamos a resolver tantas cosas pendientes en tan poco tiempo, más nunca olvidamos la providencia de Dios y días después todo comenzó a darse de una manera tan especial, cada esfuerzo comenzó a tomar su forma y tener sentido, en fin así trabaja Dios, definitivamente cuando el pone un proyecto en tus manos todo sale bien.
Y el día de hoy al ver tantos detalles resueltos pensé en esa frase: ¿En qué momento? Y hoy respondo lo siguiente, el momento es ahora mismo, cuando Dios te pide responde con seguridad pues si no es ahora cuando y si no eres tu entonces quién lo hace, no es porque seamos indispensables, es simplemente que todos tenemos un propósito en esta vida y Dios siempre nos está llamando a servir a los demás pero todos aplazamos la petición porque estamos ocupados en otras cosas o porque no nos creemos capaces de hacerlo, es verdad que nosotros solos siempre seremos insuficientes, pero para las cuestiones de Dios es él quien te impulsa y quien te da la fuerza para llegar a los demás.

Sólo encárgate de sembrar que él hace el resto.


Comprometerse con Dios no es que sea fácil pero es lo mejor que puedes hacer, es el mejor jefe, el más justo y el más comprensivo, el que nunca te pide para dejarte con las manos vacías, si no que te da el 1000 por 1, servirle a él es un compromiso permanente, no busques a Dios sólo cuando te sientas mal, y no le sirvas sólo cuando “tengas tiempo”, no lo dejes en segundo o tercer o décimo lugar, pues te vas a perder de mucho.
Si quieres ver verdaderos cambios y milagros en ti comprométete de verdad con él, de corazón y te aseguro algo, no te vas a arrepentir pues nada se compara con tener la certeza de haber depositado todo en las mejores manos.

Lo único que necesitas es salir de tu zona de confort, poner tus talentos al servicio de los demás y confiar en Dios siempre.
Así  que Santa Teresita tú que tanto sembraste, échanos la mano para poder ser todos buenos misioneros del amor de Dios.




Pido sus oraciones para que estas misiones podamos llegar a muchas almas y llevarlas a Dios, eso para mí será entregarle tantas flores como a él le gusta.

“ID POR TODO EL MUNDO Y PREDICAR EL EVANGELIO”

Autor: Myriam Orozco.