domingo, 6 de abril de 2014

Servir a Dios no es una obligación, es un privilegio.


Santa Teresita de Lesieux es sin duda de mis santos favoritos y no había entendido porque, entre tantas cosas ahora lo entiendo, aparte que me encantan las rosas y su manera de ganarlas para Dios, ella es también patrona de los misioneros y yo soy Misionera de corazón, no es de extrañarse entonces la afinidad que sentía con ella.





Hace un par de días justo organizando detalles para nuestras próximas misiones de semana santa, una amiga y yo comentabas a manera de broma “en qué momento se nos ocurrió decir que si a Dios con esta misión” pues es realmente abrumador todo el trabajo que se lleva a cabo, y pensábamos como íbamos a resolver tantas cosas pendientes en tan poco tiempo, más nunca olvidamos la providencia de Dios y días después todo comenzó a darse de una manera tan especial, cada esfuerzo comenzó a tomar su forma y tener sentido, en fin así trabaja Dios, definitivamente cuando el pone un proyecto en tus manos todo sale bien.
Y el día de hoy al ver tantos detalles resueltos pensé en esa frase: ¿En qué momento? Y hoy respondo lo siguiente, el momento es ahora mismo, cuando Dios te pide responde con seguridad pues si no es ahora cuando y si no eres tu entonces quién lo hace, no es porque seamos indispensables, es simplemente que todos tenemos un propósito en esta vida y Dios siempre nos está llamando a servir a los demás pero todos aplazamos la petición porque estamos ocupados en otras cosas o porque no nos creemos capaces de hacerlo, es verdad que nosotros solos siempre seremos insuficientes, pero para las cuestiones de Dios es él quien te impulsa y quien te da la fuerza para llegar a los demás.

Sólo encárgate de sembrar que él hace el resto.


Comprometerse con Dios no es que sea fácil pero es lo mejor que puedes hacer, es el mejor jefe, el más justo y el más comprensivo, el que nunca te pide para dejarte con las manos vacías, si no que te da el 1000 por 1, servirle a él es un compromiso permanente, no busques a Dios sólo cuando te sientas mal, y no le sirvas sólo cuando “tengas tiempo”, no lo dejes en segundo o tercer o décimo lugar, pues te vas a perder de mucho.
Si quieres ver verdaderos cambios y milagros en ti comprométete de verdad con él, de corazón y te aseguro algo, no te vas a arrepentir pues nada se compara con tener la certeza de haber depositado todo en las mejores manos.

Lo único que necesitas es salir de tu zona de confort, poner tus talentos al servicio de los demás y confiar en Dios siempre.
Así  que Santa Teresita tú que tanto sembraste, échanos la mano para poder ser todos buenos misioneros del amor de Dios.




Pido sus oraciones para que estas misiones podamos llegar a muchas almas y llevarlas a Dios, eso para mí será entregarle tantas flores como a él le gusta.

“ID POR TODO EL MUNDO Y PREDICAR EL EVANGELIO”

Autor: Myriam Orozco.

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