Hoy escribo una publicación
muy especial, me imagino que la mayoría de los que lean este artículo vieron la
película de Mel Gibson “La Pasión de Cristo”, pues yo también he podido verla
en repetidas ocasiones, cada una ha sido diferente pero ninguna ha pasado
desapercibida, algo grande sucedió en la vida de dos actores de este film, Dios
toco sus corazones de manera especial y transformo su vida radicalmente.
Pietro Sarubbi, actor
italiano que representa a Barrabás, ahora ha vivido esa experiencia de Dios, ha
bastado una mirada, una mirada de Jesús, quién interpreta el actor Jim Cavaziel, encarnando a Jesús, penetra en
lo más hondo del corazón de Barrabás dándole esa paz y libertad a su corazón,
la cual tanto buscaba, y al igual que su
personaje, Pedro Sarubbi queda en libertad, Jesús lo libera. Te comparto
su testimonio. Lo he llamado. “Una mirada que transforma es una mirada de amor”
Pedro Sarubbi es un hombre apasionado y no le temía a los desafíos
en la actuación. Siendo apenas un adolescente, huyó de su casa y se unió a una
compañía circense. Luego siguió recorriendo el mundo, creyendo dice que “en
algún lugar podría llenar aquél vacío espiritual” que lo afligía. Probó
ingresando al Monasterio de Shaolin en la provincia de Henan (China) para
formarse en artes marciales. No estaba allí lo que buscaba. Recorrió entonces
el Tibet, aferrado a un voto de silencio autoimpuesto, durante seis meses, para
alcanzar el anhelo budista de la Iluminación. Pero su angustia existencial
continuaba, inamovible, a pesar de sus esfuerzos. Practicó meditación en la
India y –casi al borde del agotamiento- permaneció más tarde en la Amazonia
brasileña…, donde aprendió a hablar portugués. En paralelo, entre viaje y
viaje, continuaba su carrera como actor…
La había comenzado a los 18 años trabajando en obras de teatro, comerciales y cine italiano independiente. Se especializó en la comedia, pero siempre sentía una leve sensación de fracaso, pues su anhelo era dirigir. “Me sentía un tigre de Bengala encerrado en una jaula de circo preparado para el show”, reconoce. Hollywood, pareció sonreírle cuando tuvo un papel secundario en la película “La mandolina del Capitán Corelli” (2001), pero su minuto de gloria no aparecía ni el vacío existencial le abandonaba.
Identificándose con Barrabás
Meses después de aquella película cuenta
que “un día sonó el teléfono con la oferta para colaborar en una película
de Mel Gibson. Siempre en las películas anteriores había desempeñado papeles
oscuros, así que pensé que esta sería otra película de acción”. Pero el filme
narraría la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Estaba sorprendido. “Nunca
me imaginé que yo podía actuar en una película sobre la pasión de Cristo,
porque en ese entonces estaba muy lejos de la iglesia”, recuerda.
Deseaba encarnar al apóstol
Pedro y no ocultó su decepción cuando Mel Gibson le comentó que lo buscaba para
interpretar a Barrabás... “La verdad es que deseaba actuar como el apóstol
Pedro no por algo espiritual, sino porque pagaban mejor por día trabajado y
Barrabás aparecía muy poco tiempo. Entonces argumenté que yo era una persona
famosa y no me podían dar un papel pequeño”. Pero terminaría de Barrabás y algo
más finalizaría durante el rodaje, breve, pero fundamental para el resto de su
vida…
Pocos días antes de rodar la escena, señala, tuvo
una conversación con Mel Gibson, quien quiso darle más detalles del personaje:
Que Barrabás no era sencillamente un bandido, que pertenecía a la casta de los
‘Zelotes’, le comentó. Pero agregó un detalle que caló profundo en Sarubbi…
Barrabás, le dijo, estuvo preso por años, fue torturado y llevado al límite
“comenzó a convertirse en esa bestia, que no tiene más palabras. Él se expresa
con la mirada. Por eso yo te elegí… después de investigar, tú pareces encarnar
bien a ese animal salvaje y, al mismo tiempo, refugiar en el fondo del corazón
la mirada del hombre bueno”, dice que sentenció Gibson.
La mirada de Jesús
A los pocos días estaba en
el set, y por unos minutos se quedó absorto contempló a su colega Jim Caviezel,
quien interpretaba a Jesús. Estaban a minutos de registrar la escena en la que
el pueblo perdonaba a Barrabás y condenaba al Mesías… y de improviso Pedro
Sarubbi y Barrabás, en el alma del actor, eran sólo uno. La escena avanzaba y
él ya no actuaba, vivía, vibraba los acontecimientos en todo el ser. ¡Por fin
los gritos de la multitud habían logrado su anhelo, él, Barrabás, estaba
liberado! Avanzó bajando los peldaños y su mirada se cruzó con la ternura
infinita de los ojos de Jesús… “Fue un gran impacto. Sentí como si hubiera una
corriente eléctrica entre nosotros. Veía al propio Jesús”.
A partir de aquel momento, el actor italiano, narra
que todo en su vida cambió. Aquella paz, dice, que por años había buscado en
decenas de viajes había visitado su alma. “Al mirarme, sus ojos no tenían odio
ni resentimiento conmigo, solo misericordia y amor”.
Esta fulminante conversión de Pedro Sarubbi que
narra en su libro “Da Barabba a Gesù -
Convertito da uno sguardo” (De Barrabás a Jesús, convertido por una mirada) ha
dado inicio a una etapa de su vida donde el don de la fe toca todo ámbito de su
vid. Al finalizar, con una personal exégesis de la historia bíblica, explica la
razón de su gratitud con aquél personaje, Barrabás, que había resistido
encarnar… “Es el hombre que Jesús salvó de ser crucificado. Es él quien
representa a toda la humanidad”.
Fuente: Catholic.net
Publicación original por: portaluz.org