viernes, 26 de febrero de 2016

Mi casa se quemo, ahora puedo ver la luna.





El día de hoy, mientras estaba en mi momento de lectura (uno de mis momentos favoritos del día) me encontré con una frase que me dio muchísimo para reflexionar, en realidad eso es lo que más amo de leer, una buena lectura, de esas que edifican, realmente son una bendición.





La frase es la siguiente: Mi casa se quemo, ahora puedo ver la Luna.


Qué ironía y que bendición. Tú que elegirías? Tu como tomarías un momento así? Recuerda que en la vida, no podemos elegir muchas situaciones, pero siempre podremos decidir cómo afrontarlas.


Sé que no es agradable que tu casa se queme, en realidad esto es solo una ilustración, la frase encierra algo más, muchas veces en la vida, tenemos tantos apegos materiales que nos impiden ver las maravillas de la vida, y cuando pasamos por momentos de sufrimiento nuestra alma esta tan falta de trascendencia que en lugar de ver esto como bendiciones disfrazadas lo tomamos como un castigo, llámalo divino, o paga por algo que hicimos, karma para los que crean en eso, simplemente no siempre podemos comprender que cuando Dios permite que algo se “derrumbe” es para obtener un bien mayor, porque siempre hay algo dentro de ti, que quizá este dormido y que justo es en ese momento de crisis en el que el alma se transforma y se purifica para poder valorar todo eso que Dios te regala. No es precisamente para que te la pases culpándote, o lamentándote, es para que te fortalezcas, eyyy que Dios quiere regalarte algo.


Los momentos de sufrimiento, por difíciles que parezcan, encierran algo maravilloso, y es que quien no ha escuchado ese pensamiento que dice que en la tormenta y en la adversidad se despiertan virtudes y capacidades que en la tranquilidad hubiesen permanecido dormidas.


Te invito a que vivas esos momentos con fortaleza y con aceptación, eso te dará paz y aumentará cada vez más tu fe, nunca evadas estas situaciones, por difícil que parezca, muchas  veces en la vida tenemos que pasar estas pruebas para fortalecer nuestro espíritu y estar preparados para reconocer siempre lo esencial y lo realmente importante, es decir, se puede derrumbar todo a tu alrededor, pero mientras estés unido a Dios y mientras tus valores sean firmes, nada  podrá derribarte a ti.


Por raro que esto parezca, sólo cuando no tienes ninguna “seguridad” material, puedes experimentar la verdadera seguridad, y tu alma se ve libre de todo lo que no le hace falta, ten la certeza que siempre, por muy dura que parezca la prueba y la noche parezca muy obscura, siempre podrás ver la Luna la cuál te guiará hacia las estrellas.


Hoy por eso quiero decir Gracias a todos mis lectores, gracias por dejarme compartir con ustedes mis pensamientos, mi fe,  gracias por permitirme expresar con sencillez lo que para mí ha sido mi vida, mis experiencias, gracias porque es una manera de servir, para mí esto es una manera de agradecer a Dios por todas las bendiciones que me ha dado, incluyendo los momentos difíciles que no han faltado, pero que también me han permitido ver la luna.


Déjate llevar por Dios.


Dios los bendiga y la Virgen los proteja, espero poder seguir compartiendo con ustedes el amor que Dios me da, el cuál es siempre para compartir.


Mi casa se quemo, ahora puedo ver la luna.


Autor: Myriam Orozco

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