martes, 29 de octubre de 2013

Dar sentido a mi existencia.


“(...) en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros”. Víktor Frankl.

 




Por qué existir y no, más bien, no existir; o, por qué vivir y no, más bien, no haber vivido nunca.

 


Sólo si voy haciéndome cargo cada instante de mi ser, de mi situación vital, entonces veré después el sentido, el significado, el fin. Con otras palabras, únicamente construyendo el presente con vistas al futuro podré mirar en un futuro que mi presente, ya pasado, tuvo su sentido. Por tanto, la pregunta clave no es ¿qué sentido tiene mi vida? Sino ¿qué he hecho o estoy haciendo yo para que mi vida tenga o no sentido? mi sentido me lo voy forjando en mi existir-con o en mi coexistencia.
Bien es cierto que todos buscamos una vida lograda, todos buscamos la felicidad y este es nuestro fin. En efecto, la felicidad es el propósito de nuestra existencia y dicho propósito se nos ha dado, lo anhelamos de continuo.
No se trata tanto de descubrir y buscar el sentido sino, más bien, de darlo. Dar sentido a mi existencia es dar una respuesta a la vida.

 
¿Qué es la alegría o qué significa estar alegre? Pues es estar en realidad presente de uno mismo, y este estar-en-realidad-presente-de-uno-mismo equivale al hoy, equivale a existir hoy, a existir de verdad para el día de hoy” . Sólo dando sentido hoy y ahora podrá tener mi vida un Sentido. Dar sentido es asumir lo natural pero, a la vez, es trascenderlo.
 
Fuente: Catholic.net

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