jueves, 13 de febrero de 2014

Grandes pequeñeces.




 
Analizando este video, me ha cautivado su sencillez, es encantador ver como un niño se entrega totalmente a la emotiva reacción de su padre y este simple gesto le hace sentir totalmente unido a él, sin pretender acaban de lograr una conexión que une los lazos padre e hijo que son tan indispensables para la seguridad de cualquier niño.
Pero ¿acaso algo tan sencillo y ordinario puede generar algo tan sólido y extraordinario?
 Los niños simplemente imitan lo que ven, no es necesario hablar mucho, pues ellos todo lo observan, imagina cuanto pesan tus actos en su vida y qué grande es el testimonio que das a tus hijos y a los que te rodean, un buen ejemplo genera una buena conducta, amor genera amor, y así lo que siembras cosechas.
 No es de extrañarse que los grandes hombres, hablando humanamente lo son en su mayoría porque han crecido imitando testimonios de grandeza que han visto en casa.
 Pues si eso logra un simple y divertido partido de Futbol, ¿Qué no hará la oración y el testimonio de fe que cada día das a los demás? Es justo en ese acto sencillo de amor que se logra la total conexión con nuestro padre celestial. Y una reflexión más, si con un buen testimonio podemos llegar a crecer tanto, ¿imagina si seguimos el ejemplo de nuestro Padre del cielo?
Valdría entonces la pena valorar esos pequeños actos a los que no damos importancia pues son justo esos los que nos hacen mejores personas.
Autor: Myriam Orozco.
 
 


 

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