martes, 1 de julio de 2014

Guerrero de Dios: P.Álvaro Corcuera L.C

Hoy mis palabras van dirigidas desde mi corazón, con toda la sinceridad, respeto y cariño que me merece un gran Santo de Dios, un consentido de nuestra madre del cielo, hombre incansable, guerrero de paz y de amor, a quien Dios le encomendó una gran misión la cual nunca abandonó ni en espíritu ni en oración y quién cargó su cruz con  la más grande determinación hasta el final, dándonos muestra de lo que significa amar la voluntad de Dios hasta el final.

A usted Padre Álvaro Corcuera L.C. Descanse en Paz.
22/07/1957- 30/06/2014



En el año 2007  en  Ciudad del Vaticano, Roma, Italia, después de una audiencia con su Santidad Benedicto XVI tuvimos una plática en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, impartida por el Padre Álvaro Corcuera L.C. dicha conferencia ofrecida a todas las colaboradoras del movimiento Regnum Christi generación 2006-2007 fue de trascendencia en mi vida apostólica. Pues este gran apóstol de Dios supo tocar nuestros corazones con sus palabras de bondad y de motivación.








El carisma que el poseía era algo especial, pues pocas personas en la vida te hacen sentir ese valor de trascendencia que tiene el entregar tus horas por Dios, el desgastarte y dar la vida por él, no todos tienen la dicha(la cual agradezco inmensamente a Dios) de percatarse de ser un aliado de Jesucristo y la santísima Virgen por llevar la palabra de Dios y por dar testimonio de ella en el lugar donde te encuentres, y así sin pretenderlo, con su sencillez en el hablar, con el amor que transmitía en sus palabras, nos agradeció personalmente el estar dando la vida por cristo en nuestro año de colaboradoras.” Nunca se cansen de dar la vida por Cristo, nunca se detengan en hacer el bien, sean soldados de Cristo, remen mar adentro, vayan contra corriente, sean sus manos, sus pies, sus ojos”.

Sin duda Dios lo envío para fortalecernos en la lucha,  esa certeza de saber que estaba haciendo lo correcto, de saber que mi tiempo dedicado era la mejor inversión que pude haber hecho en mi vida me llenó el corazón de deseos de servir con amor a Dios. Ese fue mi primer encuentro con un gran ser humano.

Días después tuve la dicha de convivir con él y tuve el inmenso regalo de recibir de él dirección espiritual, todos mis directores y directoras espirituales han dejado algo en mí que no podría agradecer sólo con mis oraciones y bendiciones, pero el Padre Álvaro, me transmitió algo muy especial, algo que pocas personas pueden lograr hacerlo, el me transmitió a Dios, el me transmitió a Jesús, su mirada era toda de él, cuando pienso en Jesús, hijo de Dios, me lo imagino lleno de bondad, de caridad, de amor infinito, de paciencia, de verdad, pero también de fortaleza, esa fuerza que viene del alma, de un espíritu de completa unidad con Dios, y él logró transmitirme a Dios, con certeza me atrevo a decirlo, él lo tenía dentro de su corazón. En ese momento comprendí el lenguaje del silencio, Dios habla en lo más profundo de tu corazón y la presencia de un hombre de Dios eso te transmite, en ocasiones sin decir nada, con tu testimonio.

Muchos conocieron sus  luchas y su cruz, en su enfermedad y en su apostolado, pero yo lo entiendo de esta manera, Dios le da las mejores batallas a sus mejores soldados, y la manera en la que él cargó la cruz que Dios le dio, nos ha llevado a aspirar al amor en toda su grandeza, pues su testimonio siempre fue de caridad, nos enseñó que las mejores batallas se ganan en la oración, con paz en el corazón, con unidad, con plena confianza en Dios y en nuestra madre del cielo y aceptando siempre con amor y con un propósito mayor,  con un anhelo de lo infinito, con ello nos ganó un escalón en nuestra lucha por la Santidad.
En repetidas ocasiones tuve un encuentro con él, en congresos, en audiencias, y me admiraba siempre pues cada vez que me veía me recordaba que estaba presente en sus oraciones…. A perseverar, siempre eran sus palabras. Su calidad humana era tan grande que nunca se olvidaba de las almas que nos acercamos a él.

Este pasado Abril del 2014, tuvimos la dicha de tenerlo en nuestra comunidades a las que estábamos misionando, y nos ofició una misa, de manera muy especial, un día antes de el triduo sacro a  todos los jóvenes misioneros de Jalisco, memorable momento, pues una vez más a pesar de ser ya tiempo sin verle, me recordó con el mismo cariño de siempre, pero esta vez con una mirada aún más cerca de Dios, llena de felicidad y de orgullo por poder estar acompañándonos, aunque el orgullo era nuestro, él siempre  nos hacía  sentir especial.

Su homilía fue la siguiente:

“No saben la dicha que siento de poder estar con ustedes, hace tanto tiempo que estuvimos luchando porque hubiera misioneros en esta comunidad y hoy por fin Dios me lo ha concedido. Si ustedes supieran el bien que hacen y lo feliz que está Dios con ustedes, si supieran todas las almas que están ganando para Dios y como él sonríe desde el cielo, GRACIAS, gracias por su entrega, gracias por su generosidad, gracias por decirle que si a Cristo y darle este tiempo de su vida, no se cansen nunca de seguir a Cristo y darle el mejor tiempo de su vida, su juventud, su fuerzas, pues su recompensa en el cielo será enorme pues él nunca se deja ganar en generosidad”

Y al son de 500 jóvenes misioneros entonamos la canción favorita del Padre Álvaro, la cuál escuchaba con lágrimas en los ojos y con un rostro lleno de alegría. ……“VIVA CRISTO REY

Con todo  nuestro cariño Padre Álvaro Corcuera L.C. Escúchela hasta el cielo.








Recibí de él la comunión, hizo una pausa y me dio la bendición, al finalizar la misa, recibí de él un fuerte abrazo, una bendición paternal más y pude percibir en él que en mi mirada supo que entendía su lucha y que sin duda una vez más estaba presente en sus bendecidas oraciones.

Gracias Padre Álvaro por este último encuentro, por sus ejemplo sin palabras, por su bendición, por su testimonio, gracias por su entrega, por amar su cruz hasta el final, porque eso nos enseña a amar la nuestra, gracias por su sí a Dios y sepa que Dios no se deja ganar en generosidad y sin duda su recompensa ya es estar a su lado en el cielo.

Gracias por ser tan santo, hasta el cielo nuestras oraciones, siga intercediendo por nosotros, con la misma calidad y amor, por sus guerreros, que nos quedamos aquí, luchando por extender el Reino de Cristo de la mano de su consentida la Santísima Virgen.
“Juventud  Misionera Ponte de Pie”






Lo queremos Padre Álvaro Corcuera L.C.

El P. Álvaro Corcuera Martínez del Río nació en la Cd. de México el 22 de julio de 1957. En 1975 inicia su vida como laico consagrado del Regnum Christi. En 1979 ingresa a la Legión de Cristo. Fue ordenado sacerdote en 1985. En 1987 es nombrado rector del Centro de Estudios Superiores de los Legionarios de Cristo en Roma. De 1993 a 2000 fue rector del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum. En 1999 recibe el doctorado honoris causa por la Universidad Anáhuac. En 2005 fue elegido Director general de la Legión de Cristo y del Regnum Christi. El 11 de octubre de 2012 pidió un período de ausencia del cargo de Director general que le fue concedido por el Card. Velasio De Paolis, delegado pontificio para la Legión de Cristo. En enero de 2013 le diagnostican un tumor maligno en el cerebro. Participó en el Capítulo General de los Legionarios de Cristo a inicios de 2014.

En 2012 publicó el libro “Nos amó primero”.

Autor: Myriam Orozco


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