Bendiciones del Rosario 1. Los pecadores son perdonados.
2. Las almas sedientas son refrescadas. 3. Aquellos que
son soberbios encuentran la sencillez. 4. Aquellos que sufren
encontrarán consuelo. 5. Aquellos que estan intranquilos encontrarán
paz. 6. Los pobres encontrarán paz. 7. Los religiosos son
reformados. 8. Los vivos aprenderán a sobrepasar el orgullo.
9. Los muertos (las almas santas) aliviarán sus dolores por
privilegios.
Los beneficios del Rosario 1. Nos otorga
gradualmente un conocimiento completo de Jesucristo. 2. Purifica
nuestras almas, lavando nuestras culpas. 3. Nos da la victoria sobre
nuestros enemigos. 4. Nos facilita practicar la virtud. 5.
Nos enciende el amor a Nuestro Señor. 6. Nos enriquece con
gracias y méritos. 7. Nos provee con lo necesario para pagar nuestras
deudas a Dios y a nuestros familiares cercanos, y finalmente, se obtiene toda
clase de gracia de nuestro Dios todopoderoso.
La palabra
Rosario significa "Corona de Rosas". Nuestra Señora ha revelado a
varias personas que cada vez que dicen el Ave María le están dando a Ella una
hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. La rosa
es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa de todas las devociones,
y por ello la mas importante de todas.
El Rosario esta compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal.
En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación sobre
los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y
de su Santísima Madre. Estos veinte misterios se han dividido en cuatro grupos:
Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos.
La oración verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario completo) o cinco
decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras
meditamos sobre los misterios del Rosario.
El Rosario es
una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios.
Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por
ella que nos llegó la salvación.
Todo cristiano puede rezar el Rosario. Es una oración muy completa, ya que
requiere del empleo simultáneo de tres potencias de la persona: física, vocal y
espiritual. Las cuentas favorecen la concentración de la mente.
Rezar el Rosario es como llevar diez flores a María en cada misterio. Es una
manera de repetirle muchas veces lo mucho que la queremos. El amor y la piedad
no se cansan nunca de repetir con frecuencia las mismas palabras, porque
siempre contienen algo nuevo. Si lo rezamos todos los días, la Virgen nos
llenará de gracias y nos ayudará a llegar al Cielo.
¿Quién de nosotros no ha experimentado dolor, angustia,
confusión…..?
¿Quién no ha pensado en algún momento de la vida en abandonar
y tirar la toalla?
¿Quién no se ha sentido solo en algún momento de la vida, y
ha tenido la sensación de haber perdido la esperanza?
Nadie, ni las personas famosas e importantes están libres de
pasar por momentos de soledad y de profunda tristeza.
Eso fue lo que le ocurrió a unos de los más reconocidos compositores
de todos los tiempos, Ludwig Van Beethoven. Un día Beethoven se sintió triste
y deprimido, parecía que su vida no tenía sentido. Acababa de fallecer el príncipe
de Alemania, que llegó a ser como un Padre para él y eso lo entristeció hasta
la depresión.
El joven compositor había padecido durante toda su infancia y
adolescencia de una gran carencia afectiva. Su padre era alcohólico y le
maltrato física y psicológicamente hasta que falleció tirado en un callejón. Su
madre había fallecido muy joven. Su hermano mayor nunca le ayudo en nada y por
si fuera poco Beethoven empeoró de su enfermedad dramáticamente y los síntomas
de sordera comenzaban a perturbarlo y le empujaban hacia la irritación, la ira
y la agresividad.
Solamente podía oír usando una especie de trompetilla acústica
que se colocaba en el oído, siempre llevaba consigo un papel o un cuaderno para
que las personas escribiesen sus ideas y así poder comunicarse. Viendo que
nadie lo entendía ni lo ayudaba, Beethoven se encerró en si mismo y se aisló ganándose
por ese motivo una fama de arisco y solitario. Fue por todas esas razones que
el compositor cayó en una profunda depresión y llegó a escribir un testamento. Donde
entre otras cosasdecía que se iba a suicidar.
En él peor momento de su vida, donde las terribles
circunstancias que lo rodeaban parecían eternas, Dios le trajo consuelo a
través de una joven ciega, que vivía en la misma pensión, con la que conversaba
sobre las penurias de la vida y esta le dijo. “Yo lo daría todo por ver una
noche de luna llena”.
Al oírla Beethoven se emociono profundamente y se dio cuenta
que él podía ver y poseía un gran talento musical. De pronto sintió que sus
penas y lamentos se transformaban en alegría y animo que no era capaz de
entender fue entonces que compuso una de las más hermosas y famosas obras de
todos los tiempos, la sonata “Claro de Luna”.
Algunos estudiosos de música dicen que las iniciales de las
tres notas que se repiten, insistentemente en el tema principal del 1er
movimiento de la Sonata, en alemán, son las tres silabas de la palabra “Why” (¿Por
qué?). Usando su sensibilidad, Beethoven retrato, a través de la melodía, la
belleza de una noche bañada por la claridad de la luna, para alguien que no
podía ver con los ojos físicos, pero que lo había ayudado a él, a mirar la vida
con los ojos del alma.
Todo gracias a aquella muchacha ciega, que le inspiro el deseo
de plasmar en notas musicales, una noche de luna….
Años después de haber superado el sufrimiento, llegaría el
incomparable “Himno a la alegría”,la 9na sinfonía, que corona la misión de este
compositor, que por aquel tiempo ya estaba totalmente sordo.
El “Himno a la alegría expresa su gratitud a la vida y a
Dios, por no haberse suicidado”.
La libertad humana es un don grande, muy grande. Tan grande que nos da
algo de miedo. Tan grande que permite a Francisco de Asís el llegar a ser
santo, y a Judas el traicionar al Maestro. Tan grande que Dios se detiene ante
nuestra puerta, con respeto, cuando pide amor, cuando nos invita a la justicia,
cuando nos enseña las bienaventuranzas, cuando nos recuerda los mandamientos.
Desde la libertad se construye la historia humana. Si le dejamos, si damos un
sí generoso, Dios entra. Empieza entonces a caminar a nuestro lado, nos abre a
horizontes de esperanza, nos salva. Sobre todo, nos enseña a amar, a trabajar
por un mundo sin pecado, liberado de egoísmos y de injusticias. Pero sólo si le
dejamos...
Hubo un sí grande, sublime, único, que marcó la historia humana, que encendió
esperanzas, que permitió que la Vida se hiciese Camino y Verdad para los
hombres. Un ángel, de parte de Dios, pidió permiso a una joven nazarena. Dios
esperaba, sin amenazas, sin temblores, sin gritos, una respuesta. María, la
doncella, abrió su corazón antes de abrir sus labios. Dijo, simplemente,
humildemente, "hágase".
Ese "hágase" de la Virgen hizo que el mundo diese un vuelco. Los
hombres, sin saberlo, comenzaron a vivir con un Dios humano. La Redención se
hizo carne, llanto, pasos y palabra. La oveja perdida fue encontrada. El
publicano y la prostituta encontraron a Alguien que les tendía una mano de
consuelo. El enfermo, el ciego, el sordo, el mudo, tocaron el milagro.
Todo fue posible gracias a un sí libre, gracias a la Virgen nazarena. En su
libertad, en su corazón, pronunció el "sí" más grande de la historia
humana. En su sencillez, en su pobreza, permitió que el mundo tuviese el cielo
muy a la mano. En su generosidad, en su grandeza, empezó a ser "bendita entre
las mujeres".
Jesús, desde ese instante, puede ser nuestro. Gracias a Ella, a la Virgen, a
María. Puede ser nuestro... si aprendemos a dar un sí, a decir
"hágase". En la libertad, porque nadie nos obliga. Con amor, con
confianza, con anhelos de justicia y de paz. Como lo hizo Ella, Virgen humilde,
hermana nuestra, judía universal, Mujer que ha llegado a ser Madre de todos.
Dios, cada día, vuelve a pedir permiso para entrar. En tu vida, en la mía, en
la de cada historia humana. Nos ofrece perdón y misericordia, esperanza y
alegría. Nos invita a amar. Basta repetir, sencillamente, humildemente,
atrevidamente, las mismas palabras de María: "He aquí un simple esclavo
del Señor. Que se haga en mí lo que Dios quiera...".
Pocas cosas hay tan hermosas
como el entendimiento y la comunicación entre las personas, cuando comprobamos
que comprenden lo que queremos decir y cuando nosotros mismos sabemos entender
a los demás, llegando a adivinar lo que están pensando casi antes de que las
palabras salgan de su boca. Algo totalmente distinto de aquellas conversaciones
que parecen un diálogo entre sordos, como si se hablaran distintos lenguajes.
Experiencias tan opuestas como Babel, donde se confundieron las lenguas y
Pentecostés, donde todos se entendían a pesar de hablar lenguas distintas.
Adentrándonos en el
terreno religioso resulta gratificante sentirnos escuchados y comprendidos por
Dios y conocer con nitidez lo que quiere de nosotros, sus planes. Pero también
puede ocurrir lo contrario: que nos dé la impresión de que Dios no nos escucha
ni atiende o que seamos incapaces de conocer su voluntad.
El ser humano
necesita comunicarse, expresar sus sentimientos, sus ideas; necesita de la
acogida y comprensión de los demás. Pero a veces esto no es posible y no queda
más remedio que guardar silencio, que callar lo que gustaría gritar o decir y
rumiar las cosas en el interior. No es fácil, pero a la larga es mejor que
hablar inútilmente.
Todo esto me trae a
la memoria una frase del Evangelio referida a María, cuando se encontró con su
hijo en el templo de Jerusalén después de tres días de angustiosa búsqueda, de
ausencia e incertidumbre. Ella no entendía por qué Jesús les había hecho esto e
incluso después de hablar con Él parece que no consiguió aclarar muchas dudas.
Por lo que el evangelista comenta: ¡Y María conservaba todas estas cosas
guardándolas en su corazón!.
Lo cual equivaldría a
decir más o menos: no entiendo nada, pero no quiero discutir, me resigno a no
encontrar una respuesta clara, esperar a que algún día, con el tiempo, pueda
comprender el por qué de todo esto. Más o menos equivale a decir: Señor, hágase
tu voluntad, aunque no la entienda.
Con frecuencia
nuestra impaciencia nos lleva a querer respuestas y soluciones inmediatas para
todo, a reaccionar bruscamente, a incomodarnos, a querer que los demás nos
entiendan a la perfección o que Dios nos conceda al instante todo lo que le
pedimos.
Puesto que no somos
budistas tampoco es cuestión de cerrar los ojos como que no pasa nada, tratando
de limpiar la mente y dejándola vacía. Por eso nos reconforta la actitud de
María que nos invita a guardar las cosas conservándolas en el corazón.
Evangelizar en estos tiempos es un poco difícil de explicar para quién no conoce a Dios, y es que siempre se piensa que seguir a Dios y vivir su palabra es algo así como decir “se infeliz y deja de hacer todo lo que te guste” es como un tipo de “sacrificio” mal entendido pues en realidad sacrificio viene del latín “sacrificium” que significa esforzarse para lograr un objetivo. En el ajedrez por ejemplo un sacrificio es un movimiento que entrega una pieza a cambio de obtener una ganancia mayor.
Así que, relájate y disfruta la vida al lado de Dios, pues sacrificarse a su lado es siempre obtener una ganancia, un auténtico cristiano es una persona alegre, llena de luz, de energía, que impone una energía súper positiva a dónde va y con un carisma tan único que no se puede ocultar y tan grande que quién está al lado de alguien así no puede más que decir “quiero eso” quiero ser así, me gustaría vivir y transmitir esa alegría por la vida que él tiene, pero no sólo de ese tipo de alegría ficticia que pretende aparentar una falsa felicidad, no, es esa alegría auténtica y firme, de esa que no quita la determinación y la decisión de saber decir no cuando es necesario y de ir contra corriente en este mundo que te vende tantas ideologías que están muy lejos de ser reales, esas que son tan ajenas de un ser humano con carácter y voluntad bien formados, que sin dejarse llevar, son tan alegres y tan imponentes pero con buenas obras y con buenos ejemplos, ejemplos que arrastran y que aunque no siempre se aceptan, son sin duda dignos de admiración.
En fin quién dijo que para servir y amar a Dios tienes que dejar de ser feliz, por el contrario, Dios no quita nada y te da todo. Por ello evangelizar es pues, una manera de transmitir lo que llevas dentro de ti, esa alegría, paz, felicidad y plenitud que te da el estar cerca de Dios.
Te comparto el link de su testimonio.
Una voz maravillosa cantaNo onede Alicia Keys, en la "audición ciega" del programa The Voice, en la RAI italiana. Raffaela Carrà y los demás miembros del jurado, Piero Pelu, J-A-X y Noemi, se vuelven ante la sorprendente estrella de la música y.... no pueden creer lo que están viendo: una joven de veinticinco años, con hábito de monja ursulina, Cristina Scuccia, canta ante ellos moviéndose como un pájaro por el escenario, entre las ovaciones de un público emocionado y vibrante.
El diálogo que viene después es lo mejor... Sor Cristina asegura ante los asombrados miembros del jurado: sí, soy real, soy una monja de verdad. Yo tengo un don, y lo entrego a los demás.
¿Y qué piensan en el Vaticano? Pues yo espero una llamada del Papa Francisco -responde con sencillez sor Cristina-, pues él nos ha invitado a salir y evangelizar, y eso es lo que estoy haciendo. Dios no nos quita nada, a mí no me ha quitado nada...
O San José, cuya protección
es tan grande, tan poderosa y eficaz ante el trono de Dios, en vuestras manos
entrego todos mis intereses y mis deseos. O San José, asistidme con vuestra
poderosa intercesión. Obtened por mí, de vuestro divino Hijo, Nuestro Señor,
todas las bendiciones espirituales que necesito. A fin de que, habiendo conseguido, aquí en la
tierra, la ayuda de vuestro poder celestial, pueda ofrecer mi gratitud y
homenaje, al Padre más amoroso. O San José, nunca me cansaré de contemplaros
con el niño Jesús dormido en vuestros brazos. No me atrevo a acercarme mientras
que el niño reposa sobre vuestro corazón. Abrazadle fuertemente en mi nombre; y
de parte mía, besad su fina y delicada cabecita. Luego, suplicadle que me devuelva ese beso a la hora de mi último suspiro. San José, Patrón de los
moribundos, rogad por nosotros. Amén.
A dónde voy cuando siento
que no hay camino por recorrer, cuando tengo la vista nublada y cansada de
tanto caminar, estoy exhausta pero estoy segura que hay algo más, hay algo
dentro de mí que me sigue impulsando a dar, a entregar, a darme a mi mismo
hasta el final, no importa que en el camino tenga que vencer todos los obstáculos
que se me presenten, lo voy a hacer estoy segura, Dios tiene un plan para mí,
Dios tiene un plan para ti.
Cuando sientas que la vida
te detiene por un momento y cree que no vas a avanzar ponte de pie con más
fuerza porque te aseguro que es el comienzo de la grandeza de tu corazón, está
a punto de lograrse la mayor bendición en ti, el momento de prueba es tuyo,
mira de frente sin miedo y sigue con más fuerza, impúlsate hacia tu propósito,
estás hecho a la medida de él.
Los brazos y las piernas son
para los débiles, el corazón para el que va por todo. Apúrate y aprende a ser
paciente, sólo por medio de la experiencia de la prueba el alma se fortalece.
El mayor peligro es pensar
que no necesitamos a Dios.
En Persia se cuenta
la historia del gran Manú, Shah Babas, en cuyos dominios no se ponía el sol,
que reinó con todo esplendor, tenía fama de justo y le encantaba mezclarse con
el pueblo, pasando desapercibido para compartir y dar solución a sus problemas.
En cierta ocasión, se
vistió de pobre y al pasar por la cocina observó en un rincón una angosta
puerta para él hastaentonces
desconocida. Descendió el largo, lóbrego y húmedo trecho de escaleras que
conducía a un sótano, de reducidas dimensiones y calor asfixiante, en el que un
carbonero sentado en un montón de cenizas, atendía la caldera de palacio. El
Manú se sentó a su lado y comenzó a hablar. Llegó la hora de comer y el
fogonero sacó un sucio pan moreno y áspero y una jarra de agua. Se sentaron a
comer y beber. El shah se fue, pero continuó visitándolo con frecuencia, movido
por la compasión que sentía por aquel hombre solitario.
Amablemente le dio
consejo y el pobre le abrió todo su corazón y amó a aquel amigo tan bondadoso y
sabio pero tan pobre como él. Finalmente, el Manú pensó: Este hombre que vive
permanentemente recluido en el sótano, cumpliendo de forma abnegada con su
trabajo, con total aceptación de su destino y sin que una sola queja salga de
sus labios, merece una gran recompensa. Le diré quién soy a ver qué presente me
pide.' Le dijo pues:
Crees que soy pobre,
pero soy tu Manú, el Shah Babas, pídeme lo que quieras.
El gobernante
esperaba que le pidiera algo grande, pero el hombre se quedó sentado, inmóvil,
petrificado, mirándolo con amor y asombro.
Entonces el Manú le
dijo posando una mano sobre su hombro:
¿No entiendes? Te
puedo hacer rico y noble, puedo poner una ciudad en tus manos, te puedo hacer
un gran gobernador: ¿No tienes nada que pedir?
El hombre respondió
amablemente:
Sí, mi señor, he
entendido. Más no entiendo cómo tu que gobiernas más de 3,000 por 10,000 mundos
y varios soles, mandas sobre billones y trillones de seres y eres el encargado
de crear un nuevo mundo para afrontar mejores tiempos, puedes haber salido de
tu palacio y tu gloria para sentarte conmigo en este lóbrego cuchitril, comer
mi tosca comida y preocuparte por si estoy feliz o apenado. Ni tú mismo me
puedes dar nada más valioso. A otros les puedes otorgar ricos presentes, pero a
mí me has dado a ti mismo; lo único que te puedo pedir es que nunca me quites
este regalo de tu amistad y de tu amor'.
La emoción que
embargaba su espíritu enmudeció sus palabras y desde el fondo del corazón brotó
un 'gracias' e inclinándose en señal de respeto depositó a sus pies dos brillantes
lagrimas.
A VECES SENTIMOS QUE
LO QUE HACEMOS ES UNA GOTA EN EL MAR, PERO EL MAR SERIA MENOS SI LE FALTARA ESA
GOTA.
La mujer en cualquier época y desde todos los tiempos tiene un rol imprescindible en la sociedad, el núcleo familiar se ve enriquecido de una manera única cuando es tocado por el alma, carisma, dulzura y delicadeza que una mujer tiene por naturaleza, las características de la mujer fueron hechas de tal manera por Dios para dar a este mundo esa bondad tan exquisita que debe tener sin duda la mujer.
Me imagino lo que pensó Dios cuando nos creó y el amor que puso en ello, cuanto amor y dedicación hubo en su manera de crearnos, pero no todas entendemos el papel tan sublime que tiene la mujer, mujeres, no echemos a perder la obra que Dios hizo en nosotros, podemos llegar a confundir la femineidad con algo de mal gusto, que no presenta a la mujer con la dignidad tan suprema que tiene, todo va a depender de la cercanía que tengas con Dios para que conozcas esa dignidad y no se confunda.
Las mujeres en su mayoría tienden a querer imitar a una persona del mismo sexo por la que se siente admiración, a tener un “prototipo” eso es verdad, incluso hay quien llega a envidiara alguien por su manera de conducirse en la vida, lo peor del caso es que envidian o valoran en muchas ocasiones muchas actitudes que sinceramente no son dignas de admiración, mucho menos para envidiarse, lo cual indica que tenemos una percepción un tanto distorsionada de lo que es el verdadero valor de la mujer.
Un tesoroincalculable, ese es tu valor, el mismo que tienes ante los ojos de Dios, no más, no menos, como él te ve, con el amor que él te creó así debes proyectarte a los demás, pues nadie valora a quien no se valora. No podemos culpar a los varones por sus comportamientos, antes bien es preciso analizar nuestros actos.
Una mujer debe estar tan escondida en Dios, que un hombre debe primero encontrar a Dios para encontrarle a ella.
Y que mejor ejemplo a imitar que María, Dios la eligió entre todas las mujeres, por sus virtudes tan hermosas y difíciles de lograr en estos tiempos, pero tan apreciadas por quién de verdad sabe valorar lo realmente valioso, por eso como mujeres católicas tenemos un ejemplo de virtud inigualable, el cuál es digno de imitar y seguir, en el que no cabe la envidia, claro que las mujeres católicas debemos ser diferentes, si Dios nos dio el privilegio de tener tan grande ejemplo, es por una razón, porque nos quiere así de grandes, sutiles, elegantes, dignas, pero a la vez firmes, decididas, valientes, humildes, serviciales y caritativas, apoyando a nuestro prójimo, exaltando a hacer el bien a los hombres, acercarlos a Dios,siempre prudentes, comprensivas, siempre permitiendo que el que brille sea Dios, por tanto y sobre todo hijas predilectas de Dios, que le ayuden a llevar a cabo su plan de salvación, no a distorsionarlo, con esa sencillez que nos lleva a saber que somos esclavas del señor pero sentir ese señorío de sabernos tan amadas por él, esa es la mujer católica, porque debemos mostrarnos a los demás como nuestra madre nos ha enseñado, la mejor de todas. De tal madre tal hija, no puedes decir que eres católica y no imitar a nuestra madre María, sublime y perfecta. Siempre en oración, siempre hecha a la voluntad de Dios con amor siempre con un HAGASE EN MI SEGÚN TU PALABRA.
Así que si quieres imitar a alguien, te recomiendo que imites algo que valga la pena, imitémoslaa ella, a la estrella que más brilla y así podremos reflejar la misma luz que Dios hace resplandecer en tan bella criatura, nuestra linda madre del cielo esa sería la manera más linda de sacar una sonrisa a nuestro padre celestial, que dicha hacerlo sonreír.
Recuerdo que cuando era
pequeña en muchas ocasiones me tocó lastimarme de alguna manera, alguna caída
paseando en bicicleta, al momento de partir algo con un objeto punzocortante o
simplemente una “raspadita”, pero cualquiera de estas en su momento causo dolor,
unos más leves y otros no tanto y la solución o remedio que tenían mis papás
para este mal era siempre el milagroso LIMÓN. Pon limón en la herida para que
cicatrice- me decían. Pero eso “arde”-contestaba yo un poco aterrorizada,
seguro que sí pero vas a sanar pronto-respondían mis papás.
No te puedo explicar la
expresión de mi rostro cuando obedecía sus instrucciones, creo que alguna vez
lo experimentaste, más era verdad, si sanaba la herida. Después de un tiempo
entendí el proceso y conocí las propiedades sanadoras del limón.
Hoy me estuve cuestionando
si había algún método milagroso para sanar las heridas del corazón, porque es
bien sabido para todos que la vida es un camino lleno de retos y obstáculos y
tratando de vencerlos nos dolerá, sin duda así es.
Y entendí algo, las heridas
del corazón no difieren mucho de las del cuerpo excepto en algo. LA VOLUNTAD.
Las heridas del corazón se
curan sólo en la medida en que tú te apliquesa sanarlas, en la medida que tu decidas, es decir en el tiempo y los
medios que tu emplees para que la herida sane. El dolor no lo podrás evitar,
así que es bueno aceptarlo, aceptar que somos humanos, con debilidades y que
sólo se es fuerte cuando se acepta la debilidad.
Así que el primer paso ya
está dado. ¿Cómo podrías superar un obstáculo si no aceptas que este existe?
Pues de igual manera ¿Cómo podrías superar un momento de dolor si no aceptas
que está presente e intentas evadirlo? Pues bien, la aceptación es la llave que
abre la esperanza de la solución, y ¿Cuál es la solución? No siempre sanarás la
herida con los medios que tú buscas pues son medios que no funcionan, pero
existe algo más efectivo, y tu ya lo conoces, sí así es, el “LIMÓN”, y en este
caso te tengo una buena noticia, te arde sólo si no lo usas y sin duda te lo
aseguro que sanarás.
Pero, ¿De qué LIMÓN me estás
hablando? ¿Quién es que hace tantos milagros?, pues tu responde ¿quién es el
único que puede obrar milagros en ti si tu lo permites?, Pues sí es DIOS, sólo él
puede sanar esas heridas tan profundas, las heridas del corazón que surgen de
muchas situaciones que nos toca vivir y para las cuáles no siempre estamos
preparados, pero para las que siempre estaremos acompañados.
Una vez escuche decir que el
dolor tiene que ser compartido para ser comprendido, pero no sólo eso, también
tiene que ser aceptado para ser sanado. Yo ya encontré la cura a mis heridas
físicas y espirituales y lo mejor del caso es que para nada es amargo y tampoco
arde. TODO LO CONTRARIO.
Desde el tercer día de las apariciones la "Gospa" (Virgen de la Paz) mencionó que era necesario ayunar para obtener la paz. Cuando le preguntaron, "¿cómo debía hacerse?" respondió: "El mejor ayuno es el ayuno a pan y agua". Y en la vigilia de su Asunción el 14 de agosto de 1984, pidió que se hiciera dos veces por semana; los miércoles y los viernes. No para que de los dos días se eligiera uno, sino para que de los siete días de la semana se eligieran siempre los miércoles y los viernes para ayunar. ¿Por qué los miércoles y los viernes?
La respuesta es simple: Porque originalmente eran los días de ayuno de la Iglesia. Los primeros cristianos sustituyeron los días habituales de ayuno de los judíos (lunes y jueves) por el de los miércoles y los viernes. Así consta en la "Doctrina de los Doce Apóstoles". Una especie de catecismo de los Padres Apostólicos redactado en Siria a finales del siglo II. El primer día de ayuno se hacía por la conversión de los pecadores porque ese día la iglesia recordaba la traición de Judas.
El segundo, en unión al sacrificio de Cristo en la cruz. Es un error pensar que dos días de ayuno a la semana es demasiado, o bien, pueden afectar la salud corporal. De ser así, habría que concluir que: "la Virgen viene a enfermarnos". Y en realidad es lo contrario. Hoy es sabido que muchas enfermedades aparecen por desórdenes alimenticios. Cuando una persona visita un naturista, por lo general, le recomienda ayunar y nadie le rebate. Cuando muchos suben de peso y tienen problemas de salud comienzan a practicar ejercicios. La Virgen, sin embargo, nos invita a ayunar dos veces por semana a pan y agua, y muchos piensan que se ha equivocado. O bien, que no es necesario para su vida espiritual.
La Virgen ha dicho que: "Con el ayuno y las oraciones se pueden detener las guerras y hasta suspender las leyes de la naturaleza. La caridad no puede sustituir el ayuno. Aquellos que no pueden ayunar pueden ofrecer la oración, la caridad y una Confesión. Todos, sin embargo, excepto los enfermos, deben ayunar." 21-7-81. "El ayuno que muchos hacen comiendo pescado, en lugar de carne, no es ayuno, sino abstinencia. El verdadero ayuno consiste en renunciar a todos los pecados. Pero es necesario al renunciarlos, hacer participar también al cuerpo." 12-81. "El ayuno ha sido olvidado en el último cuarto de siglo en el seno de la Iglesia Católica" 5 -84.
Es preciso recordar, que cuando la Virgen pide ayunar, no está pidiendo pasar hambre, sino sustituir las tres comidas habituales por sólo pan y agua. Los entendidos aseguran, que si durante el día se come suficiente pan y se bebe suficiente agua, se pueden obtener hasta 1200 calorías necesarias para desempeñar las labores cotidianas. No es recomendable, por otro lado, acompañar el ayuno con otras bebidas (por ejemplo café, te, gaseosas) porque pueden afectar el estómago. Cabe destacar, además, que la jornada de ayuno que la Virgen recomienda, concluye con la primera comida del día siguiente. En el idioma español, la raíz etimológica de "desayuno" significa, precisamente, terminar el ayuno (des- ayuno); comer después del ayuno.
El ayuno del cuerpo libera al hombre de las pasiones, de los miedos, de las inseguridades, etc., para proveer al espíritu de alegría, paz y amor. La Madre de Dios recuerda, además, que, "para poder orar con el corazón es necesario ayunar". Quien ayuna con frecuencia tendrá menos problemas con las distracciones en la oración y estará más abierto a la voluntad de Dios.
El ayuno por consiguiente, es uno de los principales mensajes de la "Gospa", y quizás el más práctico por haberse descuidado en la Iglesia. De sus mensajes leemos:
"¡Queridos hijos!: También hoy os invito a orar y ayunar por la paz. Como ya os he dicho, os repito también ahora: "Hijos míos, sólo con la oración y el ayuno también las guerras pueden ser detenidas".
La paz es un don precioso de Dios. Buscad, orad y la recibiréis. Hablad de la paz y llevad la paz en vuestros corazones. Cuidadla como una flor que necesita agua, ternura y luz. Sed vosotros quienes llevéis la paz a los demás. Yo estoy con vosotros e intercedo por todos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!" 25-2 -03.
El día de ayer me fui a descansar con la imagen de la
Virgen María en mi pensamiento y hoy al despertar encontré un video en el que
la campeona olímpica del patinaje artístico, Carolina Kostner, se despide del
patinaje con una hermosa muestra de agradecimiento, dedica su última
presentación a la Virgen eligiendo como fondo el “Ave María”. Soy apasionada
del deporte, así que vi todas las presentaciones de la patinadora, las cuáles
la llevaron a obtener la medalla, pero si de algo soy apasionada es de la
Virgen, es algo que me mueve y me sostiene, y cuando vi este video entiendo que
en nada puede estar ausente. Ahora entiendo porque le llevo a obtener la
victoria, no sólo es el esfuerzo humano, es ese extra que muchos no se explican
que te lleva a ganar y dar de ti algo que quizá ni tú conoces. Lavitamina espiritual.
Les comparto el escrito:
“La patinadora olímpica italiana Carolina Kostner, campeona de los Juegos de Invierno de
2014, declara: “El Ave-María, para mí, es una oración para agradecer por todo
lo que he hecho y aprendido en el patinaje”. Sus dulces palabras fueron
pronunciadas durante la rueda de prensa en el Iceberg Ice Palace, después de la
semifinal de su especialidad.
“Pensé que era hora de retirarme”
“Después de los Juegos Olímpicos de Vancouver, en 2010, pensé que tenía que
parar, que era hora de retirarme. Decidí continuar en la competición porque yo
amo el patinaje. Son los momentos difíciles los que te hacen comprender lo que
realmente quieres. Me siento muy honrada y feliz por estar de vuelta en las Olimpiadas por tercera vez”.
Muchos dicen que esta atleta del norte de Italia, con 27 años, estaba en su
auge durante los Juegos de Invierno de este año. Y Sochi confirmó su forma
extraordinaria de campeona. Al son del Ave María de Schubert, Carolina Kostner
encantó al público haciendo una presentación prácticamente perfecta. Impecable
en los saltos, ella salió del hielo en una nube de aplausos. En seguida, la
bellísima sorpresa en el telón del estadio de Sochi: 74,12. Nada menos que la
mejor puntuación de toda su carrera.” Fuente: Aleteia.
Llevarla como estandarte, como lo mejor que tienes en la
vida, el mejor regalo que se te pudo haber dado es la Fe, pero no solo confiar
en ti mismo, confiar en quien puede de verdad impulsarte y sostenerte en todos
los momentos de tu vida. No se puede ser agradecido si no se tiene Fe en quien te
acompaña, y la Virgen nos acompaña en todo lo que hacemos, en esta ocasión fue
un triunfo bien merecido y un cierre magistral acompañado por la Virgen,
definitivamente puedes hacer de algo ordinario lo más extraordinario de tu
vida.
Gracias MADRE MÍA. Por estar conmigo en cada instante y
hacer de mi vida algo extraordinario.