sábado, 8 de marzo de 2014

Imitar a Maria: Dia Internacional de la mujer.

La mujer en cualquier época y desde todos los tiempos tiene un rol imprescindible en la sociedad, el núcleo familiar se ve enriquecido de una manera única cuando es tocado por el alma, carisma, dulzura y delicadeza que una mujer tiene por naturaleza, las características de la mujer fueron hechas de tal manera por Dios para dar a este mundo esa bondad tan exquisita que debe tener sin duda la mujer.
 


 

Me imagino lo que pensó Dios cuando nos creó y el amor que puso en ello, cuanto amor y dedicación hubo en su manera de crearnos, pero no todas entendemos el papel tan sublime que tiene la mujer, mujeres, no echemos a perder la obra que Dios hizo en nosotros, podemos llegar a confundir la femineidad con algo de mal gusto, que no presenta a la mujer con la dignidad tan suprema que tiene, todo va a depender de la cercanía que tengas con Dios para que conozcas esa dignidad y no se confunda.

Las mujeres en su mayoría tienden a querer imitar a una persona del mismo sexo por la que se siente admiración, a tener un “prototipo” eso es verdad, incluso hay quien llega a envidiar a alguien por su manera de conducirse en la vida, lo peor del caso es que envidian o valoran en muchas ocasiones muchas actitudes que sinceramente no son dignas de admiración, mucho menos para envidiarse, lo cual indica que tenemos una percepción un tanto distorsionada de lo que es el verdadero valor de la mujer.

 

Un tesoro incalculable, ese es tu valor, el mismo que tienes ante los ojos de Dios, no más, no menos, como él te ve, con el amor que él te creó así debes proyectarte a los demás, pues nadie valora a quien no se valora. No podemos culpar a los varones por sus comportamientos, antes bien es preciso analizar nuestros actos.

Una mujer debe estar tan escondida en Dios, que un hombre debe primero encontrar a Dios para encontrarle a ella.

 

Y que mejor ejemplo a imitar que María, Dios la eligió entre todas las mujeres, por sus virtudes tan hermosas y difíciles de lograr en estos tiempos, pero tan apreciadas por quién de verdad sabe valorar lo realmente valioso, por eso como mujeres católicas tenemos un ejemplo de virtud inigualable, el cuál es digno de imitar y seguir, en el que no cabe la envidia, claro que las mujeres católicas debemos ser diferentes, si Dios nos dio el privilegio de tener tan grande ejemplo, es por una razón, porque nos quiere así de grandes, sutiles, elegantes, dignas, pero a la vez firmes, decididas, valientes, humildes, serviciales y caritativas, apoyando a nuestro prójimo, exaltando a hacer el bien a los hombres, acercarlos a Dios,siempre prudentes, comprensivas, siempre permitiendo que el que brille sea Dios, por tanto y sobre todo hijas predilectas de Dios, que le ayuden a llevar a cabo su plan de salvación, no a distorsionarlo, con esa sencillez que nos lleva a saber que somos esclavas del señor pero sentir ese señorío de sabernos tan amadas por él, esa es la mujer católica, porque debemos mostrarnos a los demás como nuestra madre nos ha enseñado, la mejor de todas. De tal madre tal hija, no puedes decir que eres católica y no imitar a nuestra madre María, sublime y perfecta. Siempre en oración, siempre hecha a la voluntad de Dios con amor siempre con un HAGASE EN MI SEGÚN TU PALABRA.

Así que si quieres imitar a alguien, te recomiendo que imites algo que valga la pena, imitémosla a ella, a la estrella que más brilla y así podremos reflejar la misma luz que Dios hace resplandecer en tan bella criatura, nuestra linda madre del cielo esa sería la manera más linda de sacar una sonrisa a nuestro padre celestial, que dicha hacerlo sonreír.

Autor: Myriam Orozco.

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