Hoy celebramos una
fiesta que hace referencia al título más sorprendente que puede tener una
criatura humana: Madre Dios... Lo cual significa que el Salvador del mundo no
sólo nació "en" ella, sino "de" ella. El Hijo formado de
sus entrañas es el mismísimo Hijo Dios, nacido en la carne.
Así, se abre el año
con esa fórmula que pide la bendición y el favor de Dios. Él nunca se la ha
negado la humanidad; pero con Cristo esta Bendición es irrevocable.
Volvamos a mirar las
cosas que nos rodean, pero con esta perspectiva: pensemos en las cosas que se
fueron con el año y los años que pasaron... y pongámoslas en manos de Dios. Pero
sepamos que todo lo que hayamos hecho con amor, y por amor tiene un valor que
permanece, y está "eternizado" en la presencia del Señor.
Todo lo hecho por amor, aunque pequeño, aunque los demás no lo noten, ha sido tomado en cuenta por Dios, y lo encontraremos renovado en Él.
También las personas que se han ido... Y así, nuestros lazos de amor, lejos de perderse, serán renovados y glorificados en la Resurrección.
"Nada se pierde, todo se transforma..." también en el orden espiritual.
Todo lo hecho por amor, aunque pequeño, aunque los demás no lo noten, ha sido tomado en cuenta por Dios, y lo encontraremos renovado en Él.
También las personas que se han ido... Y así, nuestros lazos de amor, lejos de perderse, serán renovados y glorificados en la Resurrección.
"Nada se pierde, todo se transforma..." también en el orden espiritual.
Frente al año viejo,
y al nuevo, tengamos una mirada de Fe: evaluemos desde el amor que hemos puesto
y hemos de poner para hacer las cosas.
El tiempo pasa, pero el amor permanece; y allí debemos encontrar el motivo de nuestra alegría: en el amor vivido y en el "por vivir".
"En el atardecer de la vida se juzgará el Amor”, nos recuerda San Juan de la Cruz.
El tiempo pasa, pero el amor permanece; y allí debemos encontrar el motivo de nuestra alegría: en el amor vivido y en el "por vivir".
"En el atardecer de la vida se juzgará el Amor”, nos recuerda San Juan de la Cruz.
Un nuevo año ha "atardecido"...
Un año más de vida... y un año menos para llegar al cielo.
Un año con sus alegrías... y sus amarguras.
En vista a los acontecimientos de la vida de cada uno de ustedes, quiero hoy recordarles nuevamente que con todos sus engaños, trampas y sueños rotos, éste sigue siendo un mundo hermoso, que vale la pena vivir como camino al cielo.
Un año más de vida... y un año menos para llegar al cielo.
Un año con sus alegrías... y sus amarguras.
En vista a los acontecimientos de la vida de cada uno de ustedes, quiero hoy recordarles nuevamente que con todos sus engaños, trampas y sueños rotos, éste sigue siendo un mundo hermoso, que vale la pena vivir como camino al cielo.
Fuente: Catholic.net
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