lunes, 30 de junio de 2014

La lluvia.


Pocas cosas en la vida son tan agradables como disfrutar tanto algo que no tiene precio, y es que nos hemos olvidado de la cosas realmente valiosas y esenciales que nos hacen sentir vivos. 





Personalmente no hay día que disfrute más que un día lluvioso, no sé que tiene la lluvia que me hace sentir realmente especial, comparto hoy contigo esta reflexión pues me siento identificada con la emoción y sensación que sin pretender me hizo sentir esta hermosa “chinita”.

Pocas cosas en la vida son tan agradables como disfrutar tanto algo que no tiene precio, y es que nos hemos olvidado de la cosas realmente valiosas y esenciales que nos hacen sentir vivos. Si, sentirnos “vivos” porque parece que con tantas cosas que nos vende el mundo se nos olvida vivir.

“Ojala vivamos todos los días de nuestra vida” esta frase encierra una utopía especial, pasan los días esperando que se cumplan los sueños que nos trazamos, trabajando todo el tiempo corriendo detrás de lo que queremos alcanzar y no nos detenemos a disfrutar del camino, porque el verdadero tesoro se encuentra en el trayecto, no en el fin.¿ Tu sabes cuál será el final de tu vida? No siempre llegamos a dónde pretendíamos, pero lo realmente triste no es eso, lo triste es que lo que tenemos que aprender no lo hacemos porque estamos tan cerrados en ese propósito que terminamos perdiendo de vista el verdadero propósito que es vivir con intensidad y gratitud cada día de nuestra vida.

Salir y disfrutar de la lluvia, sentir que hay vida en ella, que es un regalo de Dios, que él te está hablando a través de esto, del sol, de un niño que se embelesa con algo tan extraordinariamente sencillo, eso es lo que me encanta compartir.

Que no se te olvide vivir, no dejes de soñar, de luchar, de crecer pero no olvides que el verdadero tesoro es disfrutar del trayecto.

Autor: Myriam Orozco.

viernes, 27 de junio de 2014

¿Como es el corazón de Jesús?

CONSAGRACION AL SAGRADO CORAZON DE JESUS

Juan Pablo II, 1986 (abreviado)





Señor Jesucristo, Redentor del género humano, nos dirigimos a tu Sacratísimo Corazón con humildad y confianza, con reverencia y esperanza, con profundo deseo de darte gloria, honor y alabanza.

Señor Jesucristo, Salvador del mundo, te damos las gracias por todo lo que eres y todo lo que haces.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios Vivo, te alabamos por el amor que has revelado a través de Tu Sagrado Corazón, que fue traspasado por nosotros y ha llegado a ser fuente de nuestra alegría, manantial de nuestra vida eterna.

Reunidos juntos en Tu nombre, que está por encima de todo nombre, nos consagramos a tu Sacratísimo Corazón, en el cual habita la plenitud de la verdad y la caridad.

Al consagrarnos a Ti, los fieles
(persona o de lugar) renovamos nuestro deseo de corresponder con amor a la rica efusión de tu misericordioso y pleno amor.

Señor Jesucristo, Rey de Amor y Príncipe de la Paz, reina en nuestros corazones y en nuestros hogares. Vence todos los poderes del maligno y llévanos a participar en la victoria de tu Sagrado Corazón.

¡Que todos proclamemos y demos gloria a Ti, al Padre y al Espíritu Santo, único Dios que vive y reina por los siglos de los siglos! Amén.





¿Cómo amó Jesús? ¿Cómo era el amor de su corazón? ¿Qué características tenía? ¿Hacia quién iba siempre dirigido? ¿Cómo se comprometía con aquellos a quienes amaba?

Cuando hallamos la respuesta adecuada, nos sentimos arrastrados al amor de Aquél que así supo amarnos a nosotros. El Evangelio es el libro siempre abierto que nos descubre en cada una de sus líneas el alma tan amante de Jesús.

El amor de Jesús fue, ante todo, muy afectivo. Era todo bondad, compasión, cariño, benignidad, comprensión. No lo podía disimular. Se le escapaba el corazón ante los niños, ante la mujer en aquel entonces tan relegada en la sociedad, ante la pareja de los novios de Caná, ante sus discípulos, cuya compañía busca en medio de la angustia de Getsemaní.

La manera como abre la Ultima Cena es conmovedora:
- ¡Con cuánta ilusión he deseado comer esta pascua con vosotros!
Y antes de salir para el Huerto les pide a los Doce, y en ellos a nosotros, como un mendigo suplicante:
- ¡Permaneced en mi amor!

Al mismo Judas le llama dolido, pero con toda sinceridad: ¡Amigo!...
Este amor tan apasionado de su corazón se vuelve divinamente celoso de la salvación nuestra. Se declara nuestro Pastor, un Pastor que conoce a cada una de sus ovejas y de las que dice que nadie se las arrebatará de la mano...

Un amor que no se queda en romanticismos y en palabras vacías, sino que se convierte en servicio, expresado en el gesto insólito de arrodillarse a los pies de los discípulos para lavárselos con sus pro-pias ma-nos...

El amor de Jesús tenía, igual que en nosotros y mucho más que en nosotros, una doble vertiente, a saber, a Dios su Padre y a nosotros los hombres.

A los hombres nos ama como a verdaderos hermanos suyos, a todos, sin excluir a ninguno; si alguna preferencia tiene es precisamente con los más alejados, con los pecadores y con los pobres.

Es el suyo un amor generoso, complaciente, dulce y suave, magnánimo y tolerante.

Pero es también un amor que no le deja parar cuando se trata de nuestro bien, y toda su ternura y delicadeza se convierten en audacia, valentía y decisión que no le detienen ante ningún peligro.

Si miramos el amor de Jesús a Dios su Padre, vemos como al fin Dios ha conseguido el objetivo de toda la creación: verse amado como Dios se merece, porque este hombre, su Hijo, es capaz de darle con su humildad y su obediencia todo el honor y toda la gloria que el primer hombre le arrebató con su orgullo y su rebeldía:
  Se pasa horas y noches enteras en oración con Dios su Padre.
  Se somete a su voluntad hasta aceptar el tormento de la cruz.
  Se siente lleno de celo por su gloria y dice no tener más alimento que hacer la voluntad de su Padre Dios.

Este es el amante Jesús del Evangelio. El amor le llevará a la cruz, pero también se atraerá hacia Sí todos los corazones, tal como lo había anunciado: Cuando yo sea levantado sobre la tierra, todo lo atraeré a mí.

Así lo entendió aquella artista de París. Avanzada la noche, después de la ruidosa función de teatro, se retira en el hotel a la habitación designada. Colgando de la pared, un Crucifijo de marfil sobre una cruz negra. La artista lo contempla extasiada. Pasan las horas..., amanece, y la pobre muchacha todavía lo está contemplando. Hasta que toma la resolución:
- ¡Fuera la vida que he llevado hasta ahora! En adelante, entregada del todo a Jesús.
Hubo de marchar. Pero en el ébano del Crucifijo habían quedado talladas estas palabras:
- Así ama el amor.

Si se entiende el amor de Jesucristo, se sabe cómo juzgar de los amores que nos brinda la vida. Un amor que Dios bendice no mata el amor de Cristo. Amor que Dios rechaza, es amor que desplaza al de Cristo en el corazón.

El amor de Cristo es un amor muchas veces no correspondido. Pero es también un amor correspondido como ningún otro amor lo ha conseguido nunca...

Todos estamos convencidos de que Jesucristo es el hombre más perfecto que ha existido y existirá jamás, y que es, por lo tanto, el tipo y ejemplar de toda humanidad. Y Jesucristo, que nos dio como primer mandato y como distintivo el amor en todas sus dimensiones, es también el modelo acabado de cómo hay que amar.


  Preguntas o comentarios al autor P. Pedro García Cmf

miércoles, 25 de junio de 2014

33 Aniversario de las apariciones de la Reina de la Paz.

Hoy dedico una publicación muy especial para mí y sé que para ustedes también lo es, hoy hace 33 años, el 25 de Junio de 1981, el amor de nuestra madre del cielo se manifiesta en sus apariciones en Medjugorge, Bosnia Herzegovina, y a partir de ese momento sus mensajes de amor han trasformado miles de corazones incluyendo el mío, y no por haber estado en Medjugorje, eso fue un regalo extra de su parte, es porque me ha permitido saber cuanto me ama, las apariciones de la Virgen como la Reina de la Paz en el mundo son la muestra de su inmenso amor hacia todos nosotros, como una buena madre ha venido a guiarnos, a mostrarnos el camino del amor, de la verdad, del perdón, de la oración y de la conversión. Deja pasar a María, deja que pase por tu vida y que entre en ella, vino a visitarte, te está invitando, déjala entrar y deja que te transforme, es un privilegio estar tan cerca de ella.




“Queridos hijos! El Altísimo me da la gracia de poder estar aún con ustedes y de guiarlos en la oración hacia el camino de la paz. Vuestro corazón y vuestra alma tienen sed de paz y de amor, de Dios y de Su alegría. Por eso, hijitos, oren, oren, oren y en la oración descubrirán la sabiduría del vivir. Yo los bendigo a todos e intercedo por cada uno de ustedes ante mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.” (Mensaje del día 25 de Junio del 2014 con motivo del 33 aniversario de sus apariciones en Medjugorje).



Gospa yo confío en ti…
¿Por qué te agitas y confundes antes los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te saldrá mejor. Cuando te abandones en Mí de todo corazón todo se resolverá con tranquilidad según los designios de Mi Hijo. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos y dime con calma: Madre yo confío en ti.
Evita las preocupaciones y angustias y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas. Déjame a mí ser tu Madre y actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deposita en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente:
Madre yo confío en ti.
Lo que más daño te hace es tu razonamiento, tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices: Madre yo confío en ti, no seas como el paciente que pide al médico que lo cure pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos maternales, no tengas miedo: Yo te amo. Si crees que las cosas empeoran o complican a pesar de tu oración, sigue aún confiando, cierra los ojos del alma y confía aún más. Continúa diciéndome a toda hora: Madre yo confío en ti.
Necesito tener las manos libres para obrar. No me las ates con tus preocupaciones infantiles. El enemigo no quiere sino eso: agitarte, angustiarte y quitarte la paz. Confía en Mí, reposa en Mí, abandonándote en Mí. Yo consigo de Mi Hijo los milagros en proporción del abandono y la confianza que tu tengas en Mí. Así que no te preocupes, confíame todas tus angustias y quédate tranquilo, sólo dime a toda hora: Madre yo confío en ti. Vas a ver luego los milagros, te los estoy prometiendo porque soy tu Madre y te Amo.




Un día  por medio del santo rosario y del escapulario se salvará el mundo.

He tratado de dar a conocer las enseñanzas y las riquezas que contienen los mensajes y las apariciones de la Virgen María, la Reina de la paz a lo largo de todas las publicaciones pero hay algo que considero la esencia y finalidad de toda esta historia y que es la misma enseñanza que la virgen quiere de verdad que hagas tuya.
Lo importante de los mensajes en Medjugorje no son más que una motivación de  parte de la virgen a la oración de corazón, si tú a través de ellos has sentido el deseo de cambiar tu corazón por medio del diálogo con Dios, no importa que no puedas visitar la aldea de Bosnia, pues María quiere estar dentro de tu corazón, cuando vas a Medjugorje lo que de verdad es valioso es entender este anhelo de orar, porque como ya lo pudiste saber, la oración es tan poderosa, es pues el único medio de estar cerca de Dios y en total comunión con él.
Un camino maravilloso es el que recorre el alma que ora de la mano de María quién ha venido a aparecerse en Medjugorje para llevarnos de la mano como hijos pequeños al Padre celestial, a través de la oración de corazón se detiene toda la maldad que existe en el mundo.

Esta oración trasformadora es algo que todos debemos vivir, cuando el hombre ora desde el corazón conoce a su padre y las intenciones de su padre hacia él, como de Dios no vienen la maldad, el corazón que ora se abre a la voluntad de Dios y en ese corazón no existirá más el deseo de pecar ni el deseo de hacer el mal a los demás ni a ti mismo, todo lo que atente contra la paz de tu corazón se disuelve en la oración de corazón.
Porque buscamos remedios en todas las cosas materiales y vanas cuando lo único que te puede dar la sanación es la oración, mira que puedes realizar milagros, pero un milagro no es obtener todo lo que deseas, un milagro es poder tener esa relación con quién todo lo puede hacer en ti.

Pide a Dios la gracia de la oración, y deja que María, la reina de la paz reine también en tu corazón, déjala obrar, deja obrar a Dios, no te resistas a la verdadera felicidad que sólo él te puede dar, la paz del mundo entonces se entiende ahora como la paz de cada uno de nosotros, de nuestros corazones limpios y libres de maldad, como lo menciona Jesús no es lo que entra a la boca lo que lo hace impuro si no lo que sale de ella pues de la boca habla el corazón.




Ahora pues hagamos vida y realidad lo que la Gospa “Reina de la Paz” quiere realizar en nosotros, experimentemos el gozo de la oración, somos de Dios y sólo seremos felices en la medida que nos entreguemos a él a través de la oración.
Te pido señor nos concedas el don de la oración, para que a través de nuestro interior lleno de ti, podemos transformar todo lo que nos rodea.

Danos una luz llena del espíritu santo, que te vean a ti a través de mí, que pueda ser un portador de esperanza y que mi luz ilumine el camino de quienes aún no te conocen.
Dame pues ese regalo que tanto anhelo y que mi único deseo seas tú, sea llegar a ti y tenerte siempre como centro de mi vida. AMEN.

Regina della Pace………… Prega per noi Santa Madre di Dio.

Gracias Por haber respondido a mi llamado.

Autor: Myriam Orozco.


martes, 24 de junio de 2014

Novena a la Reina de la Paz: Día 9




Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo un
rayo de tu luz.

Ven, Padre de los pobres,
ven, dador de los dones,
ven, luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
suave alivio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el ardiente estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh, luz santísima,
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles!
Sin tu ayuda
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está sucio,
riega lo que está seco,
sana lo que está enfermo.
Doblega lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está desviado.
Concede a tus fieles
que en Ti confían,
Tus sagrados dones.
Dales el premio de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.
Amén. Aleluya, Aleluya.
V. Envía Tu Espíritu Señor
y será una nueva creación.
R. Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos
Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo, concédenos por este mismo Espíritu, gozar siempre de su consuelo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén

REINA DE LOS PROFETAS
El día que la Virgen escogió para aparecer en Medjugorje por primera vez, fue el día de la Solemnidad del Nacimiento de San Juan Bautista, el más grande de los profetas. Tal día conmemoramos el alumbramiento de santa Isabel, pariente cercana de la Madre de Dios. Y María, como la tradición indica, asistió a la venida al mundo del Precursor (Cf. Lc 1,56). Entonces, la Solemnidad del nacimiento de Juan el Bautista tiene, además, una clara dimensión mariana. María es la Reina de los Profetas y Ella nos invita ahora a construir la paz en el día del nacimiento del más grande de los profetas; a quien Ella asistió en su nacimiento.
La paz que la Virgen espera que construyamos, no tiene nada que ver con negociaciones políticas sino con la conversión, la oración y el ayuno. La Reina de los Profetas, como Precursora, hoy nos muestra el camino seguro para la reconciliación, la armonía y la paz entre los hombres.
La Virgen recuerda, que ha venido, "a invitarnos a alguna renuncia para que, con nuestra ayuda se cumpla todo lo que quiere realizar según los secretos que comenzó en Fátima." (Cf. 25-8-9 1). Por tanto, las apariciones actuales de Medjugorje: son la continuidad y la conclusión de las de Fátima. Afirma, además, que "son las últimas apariciones suyas para la humanidad". Quizá por ello, son tan largas y continuas.
Como en Fátima, el mensaje de María en Medjugorje, construye la paz del mundo. La Virgen ha prometido: "que cuando se realicen los 10 secretos que les ha confiado a los videntes, la vida del mundo cambiará y la humanidad volverá a Dios". "Muchos - sostiene- se tirarán hasta de los cabellos y maldecirán los días que vivieron sin Dios". Sin embargo, cabe destacar, que, su presencia prolongada intenta anticipar en cierta manera, el Triunfo final de su Corazón Inmaculado. Por tal razón, continúa invitándonos a la conversión, a fin de conquistar para Dios cuántos más corazones sea posible.
El mensaje, más relevante, por tanto, no es otro que: la presencia prolongada de Nuestra Señora. Si acogemos de corazón su invitación, podremos esperar para el futuro "un jardín". De lo contrario, como advertiría Juan Pablo II, en el acto de Consagración a María del Nuevo Milenio, en el año del Gran Jubileo: "la humanidad podrá perecer en un cúmulo de escombros." Por eso, a María, aurora de la Salvación, confiemos nuestro camino en el nuevo milenio, para que bajo su guía todos los hombres descubran a Cristo, Luz del mundo y único Salvador, que reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos".
Ella nos dice: "¡Queridos hijos!: Hoy os invito a que os hagáis misioneros de los mensajes que os doy aquí, a través de este lugar tan querido por mí. Dios me ha permitido permanecer de esta manera durante tanto tiempo con vosotros. Y por eso hijos míos, os invito a vivir con amor los mensajes que os doy y a transmitirlos en todo el mundo; para que así un río de amor fluya entre la gente llena de odio y sin paz. Os invito, hijos míos, a que sean paz donde no hay paz, y luz donde hay tinieblas; de manera que cada corazón acepte la luz y el camino de la salvación. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!" 25-2-95.
PRECES
Oremos, hermanos, al que hizo obras grandes en María, y pidámosle que haga también proezas con su brazo realizando nuestras peticiones:
. Para que el Señor que quiso que la perfección de la Iglesia se prefigurara y culminara en la Madre de su Hijo, conceda a todos los fieles ser reflejo de la santidad que brilla en María. Roguemos al Señor.
. Para que el Todopoderoso, que en su reino ha colmado a María de felicidad, ponga sus ojos en la familia humana y le conceda la esperanza de aquella vida eternamente feliz por la que, aun sin saberlo, suspiran todos los hombres. Roguemos al Señor.
. Para que el Padre del cielo, que dispuso que en la realeza de María se anunciara en la Iglesia un signo seguro de la felicidad de los bienaventurados, se compadezca de quienes lloran y miran este mundo únicamente como un valle de lágrimas. Roguemos al Señor.
. Para que el Rey de la gloria, que hizo de María la Virgen fidelísima, otorgue a los que hoy recordamos a la Madre de su Hijo ser plenamente fieles a la vocación a la que hemos sido llamados. Roguemos al Señor.
Oración
Por la gloria de tu nombre y por la intercesión de Santa María Reina de todos los Santos, compadécete, Señor, de nosotros y concédenos lo que te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Al final)
El Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Lc 1:46-55.
(Gloria al Padre)

Consagración al Corazón Inmaculado de María
Oh, Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad, muéstranos tu amor. Que la llama de tu Corazón, María, descienda sobre todos los hombres. Nosotros te amamos inmensamente. Imprime en nuestro corazón el verdadero amor, así tendremos un deseo continuo por Ti. Oh María, dulce y humilde de Corazón, acuérdate de nosotros cuando caemos en pecado, Tú sabes que todos los hombres pecan. Concédenos por medio de tu Corazón Inmaculado, ser curados de toda enfermedad espiritual. Haz que siempre podamos contemplar la bondad de tu Corazón maternal y por medio de la llama de tu Corazón haz que nos convirtamos. Amén.

 Instrumento de Paz
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz: Donde haya odio, lleve yo tu amor, donde haya ofensa, lleve yo el perdón; donde haya discordia, lleve yo la unión; donde haya error, lleve yo la verdad; donde haya duda, lleve yo la fe; donde haya desesperación, lleve yo la esperanza; donde haya tinieblas, lleve yo la luz; donde haya tristeza, lleve yo la alegría. Oh Maestro, haz que yo no busque: Ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, sino amar. Porque, dando, se recibe, perdonando, se es perdonado; muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén.

Oración por un enfermo
Oh Dios mío, este enfermo que está aquí delante de Ti, ha venido a pedirte lo que él desea y piensa que es lo más importante para él. Tu, oh Dios, haz que entren en su corazón estas palabras: "¡Es más importante ser sanados del alma!". Señor, hágase sobre él tu santa voluntad en todo! Si Tú quieres que se sane, dale la salud. Pero si tu voluntad es diversa, que continúe llevando su cruz. Te rogamos también por nosotros que oramos por él; purifica nuestros corazones para que seamos dignos de donar, a través de nosotros mismos, tu santa misericordia. Protégelo y alivia sus penas, hágase en él tu santa voluntad. Que tu santo nombre sea revelado a través de él; ayúdalo a llevar con amor su cruz. Amén.
(Gloria al Padre, 3 veces)

Invocaciones a María Reina de la Paz
(Para todos los días)

María Santísima, que al recibir el anuncio del Ángel Gabriel concebiste en tu seno virginal a Jesucristo "Rey de la Paz", concédenos bajo tu protección y auxilio, ser en el mundo auténticos instrumentos de paz:

. Para que la paz reine en el corazón de todos los hombres, especialmente, en quienes procuran la violencia, R/. María Reina de la Paz, Ruega por nosotros.
. Para que la paz reine en todos aquellos que no han experimentado en sus vidas el amor de Dios,

. Para que la paz reine en todas las familias,

. Para que la paz reine siempre en la Iglesia de Cristo y se empeñe en difundirla,
. Para que la paz reine en las parroquias y comunidades cristianas,

. Para que la paz reine en nuestros centros educativos y lugares de trabajo,

. Para que la paz reine siempre en nuestro país,

. Para que la paz reine en todo el universo.

 Oración
Concédenos, Señor, a tu hijos el don de tu gracia, para que cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la poderosa intercesión de la Virgen María, consigamos aumentar tu paz en nuestros corazones, nuestras familias y en el mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Fuente: www.centromedjugorje.org

lunes, 23 de junio de 2014

Novena a la Reina de la Paz: Día 8





Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo un
rayo de tu luz.

Ven, Padre de los pobres,
ven, dador de los dones,
ven, luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
suave alivio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el ardiente estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh, luz santísima,
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles!
Sin tu ayuda
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está sucio,
riega lo que está seco,
sana lo que está enfermo.
Doblega lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está desviado.
Concede a tus fieles
que en Ti confían,
Tus sagrados dones.
Dales el premio de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.
Amén. Aleluya, Aleluya.
V. Envía Tu Espíritu Señor
y será una nueva creación.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos
Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo, concédenos por este mismo Espíritu, gozar siempre de su consuelo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén
OCTAVO DÍA (23)
LA EUCARISTÍA
La Eucaristía siempre ha sido el centro de la espiritualidad en Medjugorje. La Virgen desde el inicio introdujo a los videntes y a la parroquia en una profunda espiritualidad eucarística. Hasta el punto, que su aparición diaria ocurre, precisamente, veinte minutos antes de la gran concelebración eucarística; con todos los sacerdotes y peregrinos que llegan al Santuario. De esta manera, la aparición de la "Gospa" viene a ser una preparación para un encuentro más significativo de los fieles: el de la presencia de Jesús en el Altar. En Medjugorje todos entienden que la Eucaristía es lo primero.
La misma Virgen recomienda que "es mejor para los fieles permanecer en la iglesia preparándose para la Eucaristía, que estar con los videntes en el momento de la aparición". Y a ellos les ha enseñado que "comulgar vale más que ser vidente". También les ha dicho que: "Si tienen que escoger entre ir a Misa y encontrarse conmigo en la aparición prefieran la Eucaristía porque en ella está presente mi Hijo y en la aparición estoy yo".
La Madre de Dios también se lamenta porque muchos católicos no entienden lo que es la Eucaristía. Un día apareció llorando, y al preguntarle: "por qué lo hacía" respondió: "Porque muchos no saben el valor que tiene la Eucaristía". Fue entonces cuando pidió que antes de participar en Misa los fieles se prepararan, al menos, con 15 minutos de oración y al finalizar hicieran otro tanto "para agradecer a Dios por los múltiples beneficios recibidos".
Por tal razón en Medjugorje, antes de iniciar cada día la Misa vespertina, se rezan 10 misterios del Rosario y al concluir el Credo, siete Padrenuestros, siete Avemarías y siete Glorias; para dar paso después a la tercera parte del Rosario. La Virgen ha mencionado, además, que "el momento más solemne de la Eucaristía y donde más gracias se pueden recibir, es durante la Consagración".
Y en relación al culto de la Eucaristía fuera de Misa la "Gospa" recomienda: "Que se Adore sin interrupción el Santísimo Sacramento del Altar. Yo estoy siempre presente cuando los fieles están en Adoración. En ese momento se obtienen gracias particulares". Es incomprensible, pues, el mensaje de Medjugorje sin la referencia explícita a la Eucaristía. La Virgen pide a los fieles "de ser posible asistir a Misa todos los días". Y ha dicho "que la Eucaristía es la mejor y más completa de todas las oraciones".
El 25 de abril de 1988 dio el siguiente mensaje que nos enseñará a valorar el gran tesoro que tenemos los católicos en nuestras iglesias:
"¡Queridos hijos!: Dios desea haceros santos y por eso a través de mí os invita al abandono total. ¡Que la Santa Misa sea para vosotros la vida! Trabajad para comprender que la iglesia es la casa de Dios; el lugar donde yo os reúno y deseo mostraos el camino que os conduce a Dios. ¡Venid y orad! No estéis fijándoos en los demás y no los critiquéis. Que vuestra vida sea, por el contrario, un testimonio en el camino de la santidad. Las iglesias son dignas de respeto y consagradas, porque Dios que se hizo hombre permanece en ellas día y noche. Por lo tanto, hijos míos, creed y orad, para que el Padre os acreciente la fe, y luego, pedid lo más conveniente. Yo estoy con vosotros y me alegro por vuestra conversión. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!" 25-4-88.
PRECES
Celebrando la memoria de la que es bienaventurada por todas las generaciones, presentemos nuestras voces suplicantes al Padre, que la llenó de gracia.
. Por la Iglesia: para que, a ejemplo de María, acoja con fe la Palabra de Dios, la proclame con fuerza y la distribuya a todos los fieles como pan de vida. Roguemos al Señor.
. Por todas las almas consagradas: para que, a ejemplo de María, presenten cada día a Dios Padre las necesidades de todos los hombres e intercedan por la salvación del mundo. Roguemos al Señor.
. Por los hombres de buena voluntad: para que la honestidad y la bondad de sus vidas sean semilla de esperanza en Cristo salvador. Roguemos al Señor.
. Por los enfermos y por todos los que sufren: para que, unidos a Cristo y a María, ofrezcan sus dolores por la reconciliación de todos los hombres. Roguemos al Señor.
. Por nuestra comunidad, reunida para celebrar el culto divino: para que aprenda de María a amar la Eucaristía y hacer de la propia vida una ofrenda agradable a Dios y del culto un compromiso de vida. Roguemos al Señor.
Oración
Dios todopoderoso y eterno, que acogiste complacido la disponibilidad de la Virgen María para ser Madre de tu Hijo, ayúdanos a ser como Ella, creyente y modelo del culto divino, en todos los momentos de nuestra vida. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Al final)
El Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Lc 1:46-55.
(Gloria al Padre)

Consagración al Corazón Inmaculado de María
Oh, Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad, muéstranos tu amor. Que la llama de tu Corazón, María, descienda sobre todos los hombres. Nosotros te amamos inmensamente. Imprime en nuestro corazón el verdadero amor, así tendremos un deseo continuo por Ti. Oh María, dulce y humilde de Corazón, acuérdate de nosotros cuando caemos en pecado, Tú sabes que todos los hombres pecan. Concédenos por medio de tu Corazón Inmaculado, ser curados de toda enfermedad espiritual. Haz que siempre podamos contemplar la bondad de tu Corazón maternal y por medio de la llama de tu Corazón haz que nos convirtamos. Amén.

 Instrumento de Paz
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz: Donde haya odio, lleve yo tu amor, donde haya ofensa, lleve yo el perdón; donde haya discordia, lleve yo la unión; donde haya error, lleve yo la verdad; donde haya duda, lleve yo la fe; donde haya desesperación, lleve yo la esperanza; donde haya tinieblas, lleve yo la luz; donde haya tristeza, lleve yo la alegría. Oh Maestro, haz que yo no busque: Ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, sino amar. Porque, dando, se recibe, perdonando, se es perdonado; muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén.


Oración por un enfermo
Oh Dios mío, este enfermo que está aquí delante de Ti, ha venido a pedirte lo que él desea y piensa que es lo más importante para él. Tu, oh Dios, haz que entren en su corazón estas palabras: "¡Es más importante ser sanados del alma!". Señor, hágase sobre él tu santa voluntad en todo! Si Tú quieres que se sane, dale la salud. Pero si tu voluntad es diversa, que continúe llevando su cruz. Te rogamos también por nosotros que oramos por él; purifica nuestros corazones para que seamos dignos de donar, a través de nosotros mismos, tu santa misericordia. Protégelo y alivia sus penas, hágase en él tu santa voluntad. Que tu santo nombre sea revelado a través de él; ayúdalo a llevar con amor su cruz. Amén.
(Gloria al Padre, 3 veces)

Invocaciones a María Reina de la Paz
(Para todos los días)

María Santísima, que al recibir el anuncio del Ángel Gabriel concebiste en tu seno virginal a Jesucristo "Rey de la Paz", concédenos bajo tu protección y auxilio, ser en el mundo auténticos instrumentos de paz:

. Para que la paz reine en el corazón de todos los hombres, especialmente, en quienes procuran la violencia, R/. María Reina de la Paz, Ruega por nosotros.
. Para que la paz reine en todos aquellos que no han experimentado en sus vidas el amor de Dios,

. Para que la paz reine en todas las familias,

. Para que la paz reine siempre en la Iglesia de Cristo y se empeñe en difundirla,
. Para que la paz reine en las parroquias y comunidades cristianas,

. Para que la paz reine en nuestros centros educativos y lugares de trabajo,

. Para que la paz reine siempre en nuestro país,

. Para que la paz reine en todo el universo.

 Oración
Concédenos, Señor, a tu hijos el don de tu gracia, para que cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la poderosa intercesión de la Virgen María, consigamos aumentar tu paz en nuestros corazones, nuestras familias y en el mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Fuente: www.centromedjugorje.org

domingo, 22 de junio de 2014

Novena a la Reina de la Paz: Día 7







Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo un
rayo de tu luz.

Ven, Padre de los pobres,
ven, dador de los dones,
ven, luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
suave alivio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el ardiente estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh, luz santísima,
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles!
Sin tu ayuda
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está sucio,
riega lo que está seco,
sana lo que está enfermo.
Doblega lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está desviado.
Concede a tus fieles
que en Ti confían,
Tus sagrados dones.
Dales el premio de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.
Amén. Aleluya, Aleluya.
V. Envía Tu Espíritu Señor
y será una nueva creación.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos
Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo, concédenos por este mismo Espíritu, gozar siempre de su consuelo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén

SÉPTIMO DÍA (22)
LA CONFESIÓN
La Confesión es otro de los mensajes principales de La Virgen. Ella ha dicho que los fieles deben acudir a la Santa Confesión cada mes, y siempre que se tenga conciencia de haber pecado gravemente. También ha dicho: "No os confeséis por rutina para continuar siendo los mismos. No, así no está bien. La Confesión debe daos un nuevo impulso a vuestra vida de fe. Debe estimulaos y acercaos a Jesús. Si para vosotros la Confesión no significa nada, en verdad, difícilmente os convertiréis." 7-11-83 "La Confesión mensual será remedio eficaz para la Iglesia de Occidente. Porciones enteras de la Iglesia podrán sanarse si los fieles se confiesan una vez al mes" 12-83 "Cuando acudáis a confesaos, no os preparéis cinco minutos antes, sino durante toda la jornada; aprovechad el momento de la Confesión para pedir del sacerdote un consejo práctico para vuestra vida espiritual."
El 2 de agosto de 1981, los videntes narran la siguiente anécdota que nos hará reconocer cuán grave es el pecado ante Dios y la necesidad que todos tenemos de confesarnos frecuentemente:
La Virgen se le apareció a la vidente María Pavlovic en su habitación y le dijo: "Id todos juntos a la llanura de Gumno, pues, se está llevando a cabo una gran batalla, una batalla entre mi Hijo y Satanás; la puesta en juego son las almas." Ese día, siguieron a los videntes unas cuarenta personas a la llanura indicada, unos 200 metros de la casa de Vicka. Antes de que la Virgen apareciera, algunos fieles dijeron a los videntes: "ya que no podemos verla, preguntadle si la podemos tocar.” Cuando la Virgen apareció le remitieron la inquietud y contestó": "Siempre hay incrédulos. Decidles que me pueden tocar." Entonces, los muchachos alargaron la mano de cada uno de ellos, hacia el sitio donde veían suspendida la aparición. Cuando ésta terminó la mayoría afirmó: "haber sentido algo extraño al tocar los vestidos de la Virgen". Unos, una especie de corriente, otros, un calor o algo parecido a una tela de vestir.
Los videntes se retiraron mientras María Pavlovic permanecía llorando sentada en una piedra. Cuando le preguntaron: "¿por qué llora?" Respondió: “Porque vosotros habéis manchado el vestido de la Virgen. Mientras poníais las manos sobre sus vestidos, vimos aparecer unas manchas negras. Le preguntamos "¿por qué aparecen esas manchas?" y nos dijo: "Porque me habéis tocado en pecado. Decidles que se confiesen."
Entonces, todos se fueron a confesar. Algunos levaban muchos años sin hacerlo. Para la Virgen, era obvio, más importante que tocarla a Ella era la Confesión. La batalla en curso que se libraba era que el demonio hacía ver a muchos que no era necesario confesarse. Sin embargo, Cristo venció valiéndose de la curiosidad humana a través de María.
Recordemos que la Confesión es el sacramento más importante después del Bautismo, el único que anticipa, en cierta manera, el juicio a que será sometido el fiel al fin de su vida terrena. Menciona el Catecismo de la Iglesia Católica: "Porque es ahora, en esta vida, cuando nos es ofrecida la elección entre la vida y la muerte, y sólo por el camino de la conversión podemos entrar en el Reino del que el pecado grave nos aparta" CIC 1470.
La Virgen dice: "¡Queridos hijos!: Os invito a abrir la puerta de vuestro corazón a Jesús, como una flor se abre al sol. Jesús desea colmar vuestros corazones de paz y de alegría. No podréis, hijos míos, realizar la paz si no estáis en paz con Jesús. Por eso, os invito a la Confesión, para que Jesús sea vuestra verdad y vuestra paz. Por lo tanto, hijos míos, orad para tener la fuerza de realizar lo que os digo. Yo estoy con vosotros y os amo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!" 25-1-95
PRECES
Oremos, hermanos, al Señor, que ha querido ensalzar a la Virgen María por encima de los coros de los ángeles y de los santos, y pidámosle que escuche nuestra oración:
. Para que los hijos de la Iglesia, unidos a la gloriosa y santa María, Madre de Dios, proclamen la grandeza del Señor y se alegren en Dios, su salvador. Roguemos al Señor.
. Para que la misericordia del Señor llegue a sus fieles de generación en generación, y todos los pueblos feliciten a Aquella en la cual Dios ha hecho obras grandes. Roguemos al Señor.
. Para que el Señor, con las proezas de su brazo, enaltezca a los humildes, colme de bienes a los pobres y auxilie a Israel, como lo había prometido a los antiguos padres. Roguemos al Señor.
. Para que Cristo, el rey que ha coronado a María Reina de la Paz, cuando entregue la creación al Padre, nos conceda, como a María, la posesión del reino preparado desde la creación del mundo. Roguemos al Señor.
Oración
Dios nuestro, que constituiste a la Madre de tu Hijo Madre y Reina nuestra; escucha nuestra oración y haz que, ayudados por la intercesión de María, participemos un día de la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


 Al final)
El Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Lc 1:46-55.
(Gloria al Padre)

Consagración al Corazón Inmaculado de María
Oh, Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad, muéstranos tu amor. Que la llama de tu Corazón, María, descienda sobre todos los hombres. Nosotros te amamos inmensamente. Imprime en nuestro corazón el verdadero amor, así tendremos un deseo continuo por Ti. Oh María, dulce y humilde de Corazón, acuérdate de nosotros cuando caemos en pecado, Tú sabes que todos los hombres pecan. Concédenos por medio de tu Corazón Inmaculado, ser curados de toda enfermedad espiritual. Haz que siempre podamos contemplar la bondad de tu Corazón maternal y por medio de la llama de tu Corazón haz que nos convirtamos. Amén.

 Instrumento de Paz
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz: Donde haya odio, lleve yo tu amor, donde haya ofensa, lleve yo el perdón; donde haya discordia, lleve yo la unión; donde haya error, lleve yo la verdad; donde haya duda, lleve yo la fe; donde haya desesperación, lleve yo la esperanza; donde haya tinieblas, lleve yo la luz; donde haya tristeza, lleve yo la alegría. Oh Maestro, haz que yo no busque: Ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, sino amar. Porque, dando, se recibe, perdonando, se es perdonado; muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén.

Oración por un enfermo
Oh Dios mío, este enfermo que está aquí delante de Ti, ha venido a pedirte lo que él desea y piensa que es lo más importante para él. Tu, oh Dios, haz que entren en su corazón estas palabras: "¡Es más importante ser sanados del alma!". Señor, hágase sobre él tu santa voluntad en todo! Si Tú quieres que se sane, dale la salud. Pero si tu voluntad es diversa, que continúe llevando su cruz. Te rogamos también por nosotros que oramos por él; purifica nuestros corazones para que seamos dignos de donar, a través de nosotros mismos, tu santa misericordia. Protégelo y alivia sus penas, hágase en él tu santa voluntad. Que tu santo nombre sea revelado a través de él; ayúdalo a llevar con amor su cruz. Amén.
(Gloria al Padre, 3 veces)

Invocaciones a María Reina de la Paz
(Para todos los días)

María Santísima, que al recibir el anuncio del Ángel Gabriel concebiste en tu seno virginal a Jesucristo "Rey de la Paz", concédenos bajo tu protección y auxilio, ser en el mundo auténticos instrumentos de paz:

. Para que la paz reine en el corazón de todos los hombres, especialmente, en quienes procuran la violencia, R/. María Reina de la Paz, Ruega por nosotros.
. Para que la paz reine en todos aquellos que no han experimentado en sus vidas el amor de Dios,

. Para que la paz reine en todas las familias,

. Para que la paz reine siempre en la Iglesia de Cristo y se empeñe en difundirla,
. Para que la paz reine en las parroquias y comunidades cristianas,

. Para que la paz reine en nuestros centros educativos y lugares de trabajo,

. Para que la paz reine siempre en nuestro país,

. Para que la paz reine en todo el universo.

 Oración
Concédenos, Señor, a tu hijos el don de tu gracia, para que cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la poderosa intercesión de la Virgen María, consigamos aumentar tu paz en nuestros corazones, nuestras familias y en el mundo entero. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Fuente: www.centromedjugorje.org