lunes, 30 de junio de 2014

La lluvia.


Pocas cosas en la vida son tan agradables como disfrutar tanto algo que no tiene precio, y es que nos hemos olvidado de la cosas realmente valiosas y esenciales que nos hacen sentir vivos. 





Personalmente no hay día que disfrute más que un día lluvioso, no sé que tiene la lluvia que me hace sentir realmente especial, comparto hoy contigo esta reflexión pues me siento identificada con la emoción y sensación que sin pretender me hizo sentir esta hermosa “chinita”.

Pocas cosas en la vida son tan agradables como disfrutar tanto algo que no tiene precio, y es que nos hemos olvidado de la cosas realmente valiosas y esenciales que nos hacen sentir vivos. Si, sentirnos “vivos” porque parece que con tantas cosas que nos vende el mundo se nos olvida vivir.

“Ojala vivamos todos los días de nuestra vida” esta frase encierra una utopía especial, pasan los días esperando que se cumplan los sueños que nos trazamos, trabajando todo el tiempo corriendo detrás de lo que queremos alcanzar y no nos detenemos a disfrutar del camino, porque el verdadero tesoro se encuentra en el trayecto, no en el fin.¿ Tu sabes cuál será el final de tu vida? No siempre llegamos a dónde pretendíamos, pero lo realmente triste no es eso, lo triste es que lo que tenemos que aprender no lo hacemos porque estamos tan cerrados en ese propósito que terminamos perdiendo de vista el verdadero propósito que es vivir con intensidad y gratitud cada día de nuestra vida.

Salir y disfrutar de la lluvia, sentir que hay vida en ella, que es un regalo de Dios, que él te está hablando a través de esto, del sol, de un niño que se embelesa con algo tan extraordinariamente sencillo, eso es lo que me encanta compartir.

Que no se te olvide vivir, no dejes de soñar, de luchar, de crecer pero no olvides que el verdadero tesoro es disfrutar del trayecto.

Autor: Myriam Orozco.

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