miércoles, 6 de noviembre de 2013

Valor

Ser honesto, ayudar a la persona que es rechazada por todos, ser coherente con tu fe hasta el final (aun si se ríen de ti), ser fiel y hablar de Dios abiertamente, son actitudes mil veces más magnánimas y arriesgadas que cualquiera



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 Me parece genial el paralelo que hacen entre ciertas actitudes y actividades que definitivamente son heroicas y dignas de alguien valiente, alguien de gran coraje, y aquellas que por el contrario parecen como insignificantes, o incluso hoy en día muchas veces son vistas como actitudes “perdedoras”. Entonces, ¿por qué el paralelo? Porque en realidad, estas segundas actitudes, totalmente al contrario de la opinión general de nuestro tiempo, son una forma mucho más poderosa de coraje.

Sí, porque una persona que es capaz de decir NO ante la posibilidad de hacer trampa o que vive ayudando a los demás, aunque no lo parezca, es mucho más valiente que una que se atreve a saltar de un avión, porque en verdad es mucho más difícil hacer lo primero que lo segundo. Ser honesto, ayudar a la persona que es rechazada por todos, ser coherente con tu fe hasta el final (aun si se ríen de ti), ser fiel y hablar de Dios abiertamente, son actitudes mil veces más magnánimas y arriesgadas que cualquiera de las primeras posibilidades. Puede sonar extraño, pero es la pura verdad, hoy en día cuando ser auténtico, vivir para los demás, ser noble y honesto, ser en resumidas cuentas un católico coherente, es tan contracorriente, implica el coraje más grande que exista, porque implica atreverse a enfrentar a todos, implica decir “SI” al Señor, aun cuando todo el mundo te dice que “NO”. ¿Tú, te atreverías, aunque todo el mundo este contra ti?

Fuente: Catholic Link.

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