Día 10º
de la preparación para consagrarme a la Reina de la
Paz: La
institución de la Eucaristía
En el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Jn. 6,
41-43.53-56 Los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan
bajado del cielo», y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos
a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?». Jesús tomó
la palabra y les dijo: «No critiquéis. Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en
verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su
sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene
vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida,
y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita
en mí y yo en él.
25 Abril 1988
"Queridos hijos,
Dios desea haceros santos, y por eso os invita a través de mí al abandono
total. ¡Que la Santa Misa sea para vosotros la vida! Daos cuenta que la iglesia
es la casa de Dios, el lugar donde os reúno y quiero mostraros el camino que
conduce a Dios. ¡Venid y orad! No os fijéis en los demás ni difaméis. Que
vuestras vidas sean, en cambio, un testimonio en el camino a la santidad. Las
iglesias son dignas de respeto y consagradas porque Dios, que se hizo Hombre,
vive en ellas día y noche. Por lo tanto, hijos míos, creed y orad para que el
Padre aumente vuestra fe, y luego pedid cuanto necesitéis. Estoy con vosotros y
me regocijo por vuestras conversiones. Os protejo con mi manto materno. Gracias
por haber respondido a mi llamada."
Meditación
Cristo en la Eucaristía
está vivo. La Reina de la Paz me recuerda que la Santa Misa debe ser lo más
importante cada día para mí. Es un misterio de fe. Misterio que yo creo, que
acepto, que amo y que me da vida. El mismo Jesús me lo dice en su Evangelio.
Para Dios nada hay
imposible. Él envió el Espíritu Santo a María para que el Hijo se encarnase en
su seno. Y por el sacerdote desciende el Espíritu Santo sobre el pan y el vino
haciendo el milagro de la transubstanciación. Jesús se hace realmente presente
con su cuerpo, sangra, alma y divinidad. Nosotros, como la Virgen María,
creemos en la omnipotencia de Dios. Dios lo que dice, lo hace. Y Él nos dice
que comamos y bebamos de Él para tener vida. Este misterio no puedo reducirlo a
análisis experimental. La fe no la puedo reducir a experimento. Madre tú me
invitas a la santidad. Viviendo este misterio de fe. Tú me dices ve a la Santa
Misa con antelación y ora para prepararte. Recibir a Jesús es unirme a Él. Tú
deseas, que tus hijos recibamos la Santa Comunión con la conciencia de recibir
a Dios. La gratitud de ser hijos de Dios. Solo así construiré mi vida y podré
ofrecer a Dios la vida para que se transforme en vida divina. Para que sea útil.
Para salvarme y colaborar en la salvación de otros. Esto solo sucede en la
Eucaristía. Mi corazón es el altar para Cristo. Don está el corazón, está el
amor y la vida. Madre, haz que ame la Eucaristía y me prepare con una hora de
antelación orando para recibir dignamente a Jesús. AMÉN.
1 Padrenuestro, 10
Ave Marías y 1 Gloria
Oh Jesús mío perdona
nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las
almas especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia.
María, Reina de la
Paz, ruega por nosotros y por la paz del mundo entero.
Oración Final
María, ¡tú sabes cuántas
gracias quiere comunicarme el Señor en la comunión! Haz que mi alma y la de
todos los que nos estamos preparando para consagrarnos a tu corazón recibamos
con fe ardiente a Jesús en la Eucaristía y Él obre en nuestro corazón lo que
con anticipación obró en ti. AMÉN.
Fuente: Grupo de oración Totus Tuus Reina de la Paz.
Puedes encontrar este documento en www.totustuusreinadelapaz.org
Fuente: Grupo de oración Totus Tuus Reina de la Paz.
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