Día 4º
de preparación para consagrarme a la Reina de la Paz; La Presentación de Jesús
y la Purificación de su Madre
En el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Is 1
16-19 Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones.
Dejad de
hacer el mal, aprended a hacer el bien. Buscad la justicia, socorred al oprimido,
proteged el derecho del huérfano, defended a la viuda. Venid entonces, y
discutiremos –dice el Señor–. Aunque vuestros pecados sean como escarlata,
quedarán blancos como nieve; aunque sean rojos como la púrpura. quedarán como
lana. Si sabéis obedecer, comeréis de los frutos de la tierra.
25
noviembre 2002
"Queridos
hijos, también hoy os invito a la conversión. Abrid vuestro corazón a Dios,
hijos míos, por medio de la Santa Confesión y preparad vuestras almas para que
el Pequeño Jesús pueda nacer de nuevo en vuestro corazón. Permitidle
transformaros y conduciros por el camino de la paz y de la alegría. Hijos míos,
decidíos por la oración. Particularmente ahora, en este tiempo de gracia, que
vuestro corazón anhele la oración. Estoy cerca de vosotros e intercedo ante
Dios por todos vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada."
Meditación
María,
contemplar tu vida, lo que hiciste y viviste, me ayuda a dar pasos en mi vida
de fe. Tú me señalas el camino, lo que debo hacer y a lo que debo renunciar. En
este 4º día de preparación a mi consagración. Me hablas de purificar mi alma.
Para ello debo presentarme ante Dios, tal cual soy. Debo convertirme,
confesarme para que en mi alma haya paz y alegría. Solo con la oración podré
verme como Tú, Padre del cielo me ves: con mucho amor y también con cosas que
hago mal.
¿Cómo es
posible encontrar la paz, obtener la paz, vivir la paz? Solo podré tener paz
haciendo lo que Cristo me enseña. Así seré discípulo tuyo Madre, así seré discípulo
del Señor Jesús. Él comenzó su misión diciendo: “Convertíos” María tú fuiste a
purificarte, siendo la Madre de Dios e Inmaculada. ¿Cuánto más no tendré yo que
limpiar mi alma? Sin la conversión no puedo acoger y aceptar la gracia de Dios
en mí. Debo rezar, Madre para tener un encuentro contigo. ¡Ayúdame! Para que me
encuentre en el sacramento de la Penitencia con Jesucristo. Y no sea de modo
superficial. Madre, tú en tus mensajes me enseñas, que la conversión comienza
con la oración. Dios me muestra lo que no está en sintonía en mí para poder
recibir su gracia y acudir al sacramento del perdón. El camino del cielo, no lo
puedo hacer solo. María, Reina de la Paz, ayúdame a orar, a ser humilde y a
aceptar lo que Dios me pide. Solo así podré entregar aquello que no está de acuerdo
con lo que me pedís. Solo si estoy junto a ti María, aprenderé a conocer y
cumplir la voluntad del Señor.
Esto es
la paz. Estar limpio de pecado para que no haya conflicto y guerra enmi. Sin
arrepentimiento y entrega de mi mal no hay purificación. Si no hay purificación,
no hay Paz, ni pasos certeros en la vida de fe. No hay conversión. Ayúdame,
Madre, y purifícame. A ir a confesarme y pedir perdón a Dios. AMÉN
1
Padrenuestro, 10 Ave Marías y 1 Gloria
Oh Jesús
mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a
todas las almas especialmente las más necesitadas de tu divina misericordia.
María,
Reina de la Paz, ruega por nosotros y por la paz del mundo entero.
Oración Final
Gracias María, por
haber presentado a tu Hijo en el Templo con amor. Bendito seas, oh Señor Dios,
por el anciano Simeón, quien experimento Tu amor y Tu paz mientras glorificaba
Tu bondad. En unión con María la Reina de la Paz, te presento a todos los que
oran pidiendo la gracia de estar abiertos a Tu amor.
María Reina de la Paz
haz que los corazones de los que nos preparamos para consagrarnos a Ti, se
abran y sean conquistados con tu amor inconmensurable de Madre. Y contagiemos a
otros. AMÉN
Puedes encontrar este documento en www.totustuusreinadelapaz.org
Fuente: Grupo de Oración Totus Tuus Reina de la Paz.
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