domingo, 25 de mayo de 2014

Consagración a la Reina de la Paz: Día 16


Día 16º de preparación para consagrarme a la Reina de la Paz;

La Resurrección del Señor.



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Lc. 24, 28-31a Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iban a seguir caminando; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.

 2 Junio 2011

“Queridos hijos, mientras os invito a la oración por quienes no han conocido el amor de Dios, comprenderíais que hablo de muchos de vosotros, si mirarais en vuestros corazones. Con el corazón abierto, preguntaos sinceramente si deseáis al Dios viviente o deseáis apartarlo y vivir según vuestro querer. Mirad a vuestro alrededor, hijos míos, y observad hacia dónde va el mundo, que piensa hacer todo sin el Padre, y que deambula en la tiniebla de la tentación. Yo os ofrezco la luz de la Verdad y al Espíritu Santo. Estoy con vosotros según el plan de Dios: para ayudaros, a fin de que en vuestros corazones triunfe mi Hijo, Su Cruz y Resurrección. Como Madre ansío, y oro, por vuestra unión con mi Hijo y con Su obra. Estoy aquí, ¡decidíos! Gracias.”

Meditación

¡Jesús está vivo! ¡Ha resucitado! Está junto a nosotros en la Eucaristía. Es el mayor milagro que ha hecho Dios. Su propia resurrección. María, era quien vivió con fe y esperanza el momento de la resurrección. En tiempo de Jesús morían muchos crucificados; era un tormento habitual en el imperio romano. ¿Pero, cuántos resucitaban? Sólo Jesús. Sólo Dios. Y hoy Madre, me invitas a vivir con plena alegría y gozo la Santa Misa. Para encontrarme con Jesús vivo, con tu amor y alegría. Aquella esperanza y fe con la que tú esperabas la resurrección. La vida de tu Hijo. Solo tú creíste en su palabra. Él muchas veces les dijo a los apóstoles y discípulos que iba a morir y a resucitar. Pero ellos no lo querían. No aceptaban este plan de salvación. No querían que el Reino de Dios viniera así. Y por eso no vivieron con fe, esperanza y amor tu resurrección. La alegría que a ti te embarga en ellos no está porque son incrédulos. ¿Por qué? Porque tú, Madre, escuchabas con amor, dignidad y recogimiento a tu Hijo, sin esperar otra cosa, sino lo que Él decía y quería. ¿Deseo yo así a Jesús? ¿Lo escucho y creo que se cumple lo que dice? En cada Misa, Jesús está vivo y quiere llenarme de la alegría, esperanza, fe y amor con la que tú viviste. Porque tú fuiste la que vivió de corazón la resurrección. Y eso es lo que Dios quiere para mí. Que vaya a la Santa Misa con sumo amor. Que viva con dignidad, respeto y profunda fe y esperanza este misterio de fe para que yo sea transformado en cada Eucaristía. Reina de la Paz, haz que los que nos estamos preparando para consagrarnos a ti vivamos la Eucaristía con el corazón y vivamos cada Misa con el amor con el que tú viviste su resurrección. Que Jesús resucite en mí y viva un encuentro gozoso con Él en cada comunión. Danos la gracia de acudir a la Eucaristía con gozo y amor, conscientes y libremente porque Cristo se entrega y ofrece por mi salvación. Y para que mi corazón se renueve. Y así, como los de Emaús sepa reconocerte vivo. Que no tenga prisa al salir de la Iglesia después de comulgar y ore con Él más. AMÉN

1 Padrenuestro, 10 Ave Marías y 1 Gloria


Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia.

 María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por la paz del mundo entero.



Oración Final

Jesús ha resucitado del sepulcro victorioso, mostrando el poder de Tu amor divino. Por el poder de tu Espíritu Santo abre todos los corazones de los que nos estamos preparando para consagrarnos a la Reina de la Paz y que son semejantes a un sepulcro porque en ellos está la angustia, el desorden, el pecado, el mal, la inquietud, la desconfianza, nuestro planes y razonamientos, la autosuficiencia, etc… Haz que experimentemos Tu amor divino y Tu paz. Que seamos sanados para que te glorifiquemos y te demos gracias. Viviendo Tu Paz. AMÉN

Fuente: Grupo de oración Totus Tuus Reina de la Paz
Puedes encontrar este documento en: www.totustuusreinadelapaz.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario