Día 16º
de preparación para consagrarme a la Reina de la Paz;
La
Resurrección del Señor.
En el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
2 Junio 2011
“Queridos hijos,
mientras os invito a la oración por quienes no han conocido el amor de Dios,
comprenderíais que hablo de muchos de vosotros, si mirarais en vuestros
corazones. Con el corazón abierto, preguntaos sinceramente si deseáis al Dios
viviente o deseáis apartarlo y vivir según vuestro querer. Mirad a vuestro
alrededor, hijos míos, y observad hacia dónde va el mundo, que piensa hacer
todo sin el Padre, y que deambula en la tiniebla de la tentación. Yo os ofrezco
la luz de la Verdad y al Espíritu Santo. Estoy con vosotros según el plan de
Dios: para ayudaros, a fin de que en vuestros corazones triunfe mi Hijo, Su
Cruz y Resurrección. Como Madre ansío, y oro, por vuestra unión con mi Hijo y
con Su obra. Estoy aquí, ¡decidíos! Gracias.”
Meditación
¡Jesús está vivo! ¡Ha
resucitado! Está junto a nosotros en la Eucaristía. Es el mayor milagro que ha
hecho Dios. Su propia resurrección. María, era quien vivió con fe y esperanza
el momento de la resurrección. En tiempo de Jesús morían muchos crucificados;
era un tormento habitual en el imperio romano. ¿Pero, cuántos resucitaban? Sólo
Jesús. Sólo Dios. Y hoy Madre, me invitas a vivir con plena alegría y gozo la
Santa Misa. Para encontrarme con Jesús vivo, con tu amor y alegría. Aquella
esperanza y fe con la que tú esperabas la resurrección. La vida de tu Hijo.
Solo tú creíste en su palabra. Él muchas veces les dijo a los apóstoles y discípulos
que iba a morir y a resucitar. Pero ellos no lo querían. No aceptaban este plan
de salvación. No querían que el Reino de Dios viniera así. Y por eso no
vivieron con fe, esperanza y amor tu resurrección. La alegría que a ti te
embarga en ellos no está porque son incrédulos. ¿Por qué? Porque tú, Madre,
escuchabas con amor, dignidad y recogimiento a tu Hijo, sin esperar otra cosa,
sino lo que Él decía y quería. ¿Deseo yo así a Jesús? ¿Lo escucho y creo que se
cumple lo que dice? En cada Misa, Jesús está vivo y quiere llenarme de la alegría,
esperanza, fe y amor con la que tú viviste. Porque tú fuiste la que vivió de
corazón la resurrección. Y eso es lo que Dios quiere para mí. Que vaya a la
Santa Misa con sumo amor. Que viva con dignidad, respeto y profunda fe y
esperanza este misterio de fe para que yo sea transformado en cada Eucaristía.
Reina de la Paz, haz que los que nos estamos preparando para consagrarnos a ti vivamos
la Eucaristía con el corazón y vivamos cada Misa con el amor con el que tú
viviste su resurrección. Que Jesús resucite en mí y viva un encuentro gozoso
con Él en cada comunión. Danos la gracia de acudir a la Eucaristía con gozo y
amor, conscientes y libremente porque Cristo se entrega y ofrece por mi salvación.
Y para que mi corazón se renueve. Y así, como los de Emaús sepa reconocerte
vivo. Que no tenga prisa al salir de la Iglesia después de comulgar y ore con Él
más. AMÉN
1 Padrenuestro, 10
Ave Marías y 1 Gloria
Oh Jesús mío perdona
nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las
almas especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia.
María, Reina de la
Paz, ruega por nosotros y por la paz del mundo entero.
Oración Final
Jesús ha resucitado
del sepulcro victorioso, mostrando el poder de Tu amor divino. Por el poder de
tu Espíritu Santo abre todos los corazones de los que nos estamos preparando
para consagrarnos a la Reina de la Paz y que son semejantes a un sepulcro
porque en ellos está la angustia, el desorden, el pecado, el mal, la inquietud,
la desconfianza, nuestro planes y razonamientos, la autosuficiencia, etc… Haz
que experimentemos Tu amor divino y Tu paz. Que seamos sanados para que te
glorifiquemos y te demos gracias. Viviendo Tu Paz. AMÉN
Fuente: Grupo de oración Totus Tuus Reina de la Paz
Puedes encontrar este documento en: www.totustuusreinadelapaz.org
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