sábado, 24 de mayo de 2014

Consagración a la Reina de la Paz: Día 15






Día 15º de la preparación para consagrarme a la Reina de la


Paz; La Crucifixión del Señor y su Muerte en Cruz







En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Rom. 14, 7-9 Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; así que ya vivamos ya muramos, somos del Señor. Pues para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de muertos y vivos.

 2 mayo 2012

 “Queridos hijos, con amor materno yo os pido: entregadme vuestras manos, permitid que yo os guie. Yo, como Madre, deseo salvaros de la inquietud, de la desesperación y del exilio eterno. Mi Hijo, con su muerte en la Cruz, ha demostrado cuánto os ama, se ha sacrificado a sí mismo por vosotros y por vuestros pecados. No rechacéis su sacrificio y no renovéis sus sufrimientos con vuestros pecados. No os cerréis a vosotros mismos la puerta del Paraíso. Hijos míos, no perdáis tiempo. Nada es más importante que la unidad en mi Hijo. Yo os ayudaré, porque el Padre Celestial me envía, para que juntos podamos mostrar el camino de la gracia y de la salvación a cuantos no lo conocen. No seáis duros de corazón. Confiad en mí y adorad a mi Hijo. Hijos míos, no podéis estar sin pastores, que cada día estén en vuestras oraciones. Gracias.”

 Meditación

 La Reina de la Paz nos dice que no hay nada más importante que la unidad en su Hijo Jesús. Nos muestras que en la muerte de cruz, tu Hijo nos ama y nos salva. Él nos abre las puertas del Paraíso. Él se queda en la Eucaristía junto a mí y a mis hermanos. Cuando falto a mi encuentro con Dios, cuando falto a la Eucaristía estoy olvidando el sacrificio de Jesús en la Cruz. Él ha muerto por mis pecados para que yo tenga vida. Mi enemigo está en mi corazón. Por eso falto al altar. Porque pongo otros amores por delante. Por eso, Señor, tú que me amas tanto dame por medio de la Reina de la Paz el auténtico amor a la Eucaristía. El auténtico amor a ti. Los videntes de Medjugorje nos enseñan a los peregrinos que la Reina de la paz les explica que la Eucaristía es lo más importante: “si tuvierais que elegir entre una aparición y la Santa Misa, elegid siempre la Santa Misa”. Cuando decimos que tenemos el amor de Dios en nosotros, solemos estar prestos a ayudar a otros por caridad, pero ¿a qué precio? A veces dejamos la Misa bajo pretextos que son meramente engaños. Que nada ni nadie te separe del altar. Hacemos grandes sacrificios por llevar a los hijos, a los padres, o a los amigos a algunos sitios. Pero, ¿hacemos lo mismo para ir a la Eucaristía? Que todo lo que hagamos sea para el Señor. Madre hoy te pido la gracia para mí y para todos lo que nos estamos preparando para consagrarnos a tu Corazón, que detectemos las barreras y enemigos que tenemos para faltar a la Eucaristía y luchemos contra ellos. Y así será realidad que pongo a Cristo en el centro de mi día a día y acojo con agradecimiento su sacrificio en la Cruz por amor a mí. AMÉN


1 Padrenuestro, 10 Ave Marías y 1 Gloria


Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia.

María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por la paz del mundo entero.



Oración Final


Gracias Jesús por aceptar la Cruz por mis culpas. Gracias por perdonar a todos tus enemigos. Con tu amor y perdón nos has prometido el Cielo. Haz que todos los que nos preparamos para consagrarnos a la Reina de la Paz, por este amor recibamos toda la gracia de la salvación y la llevemos a otros para que se encuentren contigo. AMÉN

 Fuente: Grupo de oraciòn Totus Tuus Reina de la Paz.
Puedes encontrar este documento en www.totustuusreinadelapaz.org

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