sábado, 17 de mayo de 2014

Consagración a la Reina de la Paz: Día 8


Día 8º de la preparación para consagrarme a la Reina de la Paz:

El anuncio del Reino de Dios y la llamada a la conversión

 



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Is 58, 6-8 Este es el ayuno que yo quiero: soltar las cadenas injustas, desatar las correas del yugo, liberar a los oprimidos, quebrar todos los yugos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos. Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor.

 
18 Marzo 2012

“Queridos hijos, vengo entre vosotros porque deseo ser vuestra Madre, vuestra intercesora. Deseo ser un vínculo entre vosotros y el Padre Celestial, vuestra mediadora. Deseo tomaros de las manos y caminar con vosotros en la lucha contra el espíritu impuro. Hijos míos: consagraos totalmente a mí. Yo tomaré vuestras vidas en mis manos maternas y os enseñaré la paz y el amor, y entonces las entregaré a mi Hijo. A vosotros os pido que oréis y ayunéis, porque solamente así sabréis testimoniar, de manera correcta, a mi Hijo por medio de mi corazón materno. Orad por vuestros pastores: para que unidos en mi Hijo puedan siempre anunciar alegremente la Palabra de Dios. Gracias.”

 
Meditación

María, ¿dónde estás tú cuando Jesús comienza a predicar el Reino de Dios? ¿Por qué Jesús lo hace pidiendo lo primero de todo mi conversión? Reina de la Paz, trae el don de la paz y de la conversión para esta sociedad en la que vivo. Para  mí, para mi familia, para mi grupo de oración, mi parroquia, mi país y para el mundo entero. ¡Hay tantos destrozos entre nosotros! ¡Esta sociedad está tan sometida al mal! Droga, alcohol, crisis económica, inmoralidad, guerras, influencias políticas y mediáticas que solo desean ejercer poder y no hacer el bien a los demás. Todo esto hace que veamos tanto mal: del cuerpo, del alma, de las familias, de los países, etc… Tú Madre, deseas que me consagre a ti para caminar contigo en la lucha contra el espíritu impuro. Sólo así estaré unido a Jesús. Solo así con la fe, la oración y el ayuno sabré en mi interior que son un medio poderoso para liberarme de los enemigos, con el poder de la bendición de Dios. Tú Madre eres intercesora de todos tus hijos. Tú quieres que se cumpla lo que no dice Isaías: surgirá tu luz como aurora. Tus heridas serán curadas, te seguirá la gloria de Dios. Hoy no solo me pides que ayune a pan y agua los miércoles y los viernes. También me pides que deje ejercer tu poder por medio de este ayuno en mí y en mi familia. No solo me pides que renuncie al alimento, sino que ayune de todo pecado y de aquello que me hace pecar. Hoy miraré en mi casa y entre mis cosas todo lo que poseo materialmente y tiraré y renunciaré a todo lo que no me hace bien espiritualmente: a los ídolos, a la música cuyo  contenido contradice el  evangelio, a los programas de televisión, radio y aficiones que me hacen daño y disminuyen mi fervor, libros en contra de Dios (brujería, hechicería, horóscopo, pornografía) fotografías, recuerdos de viajes que son figuras de ídolos (hindúes, budistas, africanos, plumas, revistas mundanas,… películas, videos que no favorecen la fe, la esperanza y la caridad en Dios. Hoy Madre quiero renunciar a todo tipo de colgante, joyas y objetos decorativos que son ídolos y amuletos. También la ropa con la que visto indecentemente o no es apropiada a mi vocación, y lo que tenga colgado en el coche o en las distintas estancias de mi hogar. A todo ello quiero renunciar par que por medio de Ti, reina de la Paz, a mí y a través de mí venga el Reino de Dios.

 

1 Padrenuestro, 10 Ave Marías y 1 Gloria

 

Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia.

 

María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por la paz del mundo entero.

 

Oración Final


Señor ¡cuántas cosas me esclavizan! Tú me llamas por la Reina de la Paz a acoger la gracia que nos traes, a liberarme. Pero no puedo solo. Haz que todos lo que nos preparamos para consagrarnos a nuestra Madre, estemos disponibles a la renuncia de todo mal. Que estemos prestos al sacrificio por amor a Dios para que nuestros corazones se abran a la gracia. Así vendrá la verdadera alegría a mi alma y testimoniaré con mi vida la Conversión. Así podré ser hijo de María verdaderamente y anunciar la Palabra de Dios. Llamaré a un sacerdote para que venga a casa. Para que bendiga mi hogar y sea liberado de toda mala influencia. Que sea un lugar de bien, donde María y Jesús están. Amén

Fuente: Grupo de oracion Totus Tuus Reina de la Paz

Puedes encontrar este documento en www.totustuusreinadelapaz.org

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