Día 8º
de la preparación para consagrarme a la Reina de la Paz:
El
anuncio del Reino de Dios y la llamada a la conversión
En el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Is 58,
6-8 Este es el ayuno que yo quiero: soltar las cadenas injustas, desatar
las correas del yugo, liberar a los oprimidos, quebrar todos los yugos, partir
tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves
desnudo y no desentenderte de los tuyos. Entonces surgirá tu luz como la
aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás
de ti la gloria del Señor.
“Queridos hijos,
vengo entre vosotros porque deseo ser vuestra Madre, vuestra intercesora. Deseo
ser un vínculo entre vosotros y el Padre Celestial, vuestra mediadora. Deseo
tomaros de las manos y caminar con vosotros en la lucha contra el espíritu
impuro. Hijos míos: consagraos totalmente a mí. Yo tomaré vuestras vidas en mis
manos maternas y os enseñaré la paz y el amor, y entonces las entregaré a mi
Hijo. A vosotros os pido que oréis y ayunéis, porque solamente así sabréis
testimoniar, de manera correcta, a mi Hijo por medio de mi corazón materno.
Orad por vuestros pastores: para que unidos en mi Hijo puedan siempre anunciar
alegremente la Palabra de Dios. Gracias.”
María, ¿dónde estás tú
cuando Jesús comienza a predicar el Reino de Dios? ¿Por qué Jesús lo hace
pidiendo lo primero de todo mi conversión? Reina de la Paz, trae el don de la
paz y de la conversión para esta sociedad en la que vivo. Para mí, para mi familia, para mi grupo de oración,
mi parroquia, mi país y para el mundo entero. ¡Hay tantos destrozos entre
nosotros! ¡Esta sociedad está tan sometida al mal! Droga, alcohol, crisis económica,
inmoralidad, guerras, influencias políticas y mediáticas que solo desean
ejercer poder y no hacer el bien a los demás. Todo esto hace que veamos tanto
mal: del cuerpo, del alma, de las familias, de los países, etc… Tú Madre,
deseas que me consagre a ti para caminar contigo en la lucha contra el espíritu
impuro. Sólo así estaré unido a Jesús. Solo así con la fe, la oración y el
ayuno sabré en mi interior que son un medio poderoso para liberarme de los
enemigos, con el poder de la bendición de Dios. Tú Madre eres intercesora de
todos tus hijos. Tú quieres que se cumpla lo que no dice Isaías: surgirá tu luz
como aurora. Tus heridas serán curadas, te seguirá la gloria de Dios. Hoy no
solo me pides que ayune a pan y agua los miércoles y los viernes. También me
pides que deje ejercer tu poder por medio de este ayuno en mí y en mi familia.
No solo me pides que renuncie al alimento, sino que ayune de todo pecado y de
aquello que me hace pecar. Hoy miraré en mi casa y entre mis cosas todo lo que
poseo materialmente y tiraré y renunciaré a todo lo que no me hace bien
espiritualmente: a los ídolos, a la música cuyo
contenido contradice el evangelio,
a los programas de televisión, radio y aficiones que me hacen daño y disminuyen
mi fervor, libros en contra de Dios (brujería, hechicería, horóscopo, pornografía)
fotografías, recuerdos de viajes que son figuras de ídolos (hindúes, budistas,
africanos, plumas, revistas mundanas,… películas, videos que no favorecen la
fe, la esperanza y la caridad en Dios. Hoy Madre quiero renunciar a todo tipo
de colgante, joyas y objetos decorativos que son ídolos y amuletos. También la
ropa con la que visto indecentemente o no es apropiada a mi vocación, y lo que
tenga colgado en el coche o en las distintas estancias de mi hogar. A todo ello
quiero renunciar par que por medio de Ti, reina de la Paz, a mí y a través de mí
venga el Reino de Dios.
1 Padrenuestro, 10
Ave Marías y 1 Gloria
Oh Jesús mío perdona
nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las
almas especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia.
María, Reina de la
Paz, ruega por nosotros y por la paz del mundo entero.
Oración Final
Señor ¡cuántas cosas
me esclavizan! Tú me llamas por la Reina de la Paz a acoger la gracia que nos
traes, a liberarme. Pero no puedo solo. Haz que todos lo que nos preparamos
para consagrarnos a nuestra Madre, estemos disponibles a la renuncia de todo
mal. Que estemos prestos al sacrificio por amor a Dios para que nuestros
corazones se abran a la gracia. Así vendrá la verdadera alegría a mi alma y
testimoniaré con mi vida la Conversión. Así podré ser hijo de María
verdaderamente y anunciar la Palabra de Dios. Llamaré a un sacerdote para que
venga a casa. Para que bendiga mi hogar y sea liberado de toda mala influencia.
Que sea un lugar de bien, donde María y Jesús están. Amén
Fuente: Grupo de oracion Totus Tuus Reina de la Paz
Puedes encontrar este documento en www.totustuusreinadelapaz.org
Fuente: Grupo de oracion Totus Tuus Reina de la Paz
Puedes encontrar este documento en www.totustuusreinadelapaz.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario